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Mostrando entradas de diciembre 11, 2022

#2028 - DE BURGOS: Noche de amor en tres cantos | Yo misma fui mi ruta

  Noche de amor en tres cantos I - OCASO ¡Cómo suena en mi alma la idea de una noche completa en tus brazos diluyéndome toda en caricias mientras tú te me das extasiado! ¡Qué infinito el temblor de miradas que vendrá en la emoción del abrazo, y qué tierno el coloquio de besos que tendré estremecida en tus labios! ¡Cómo sueño las horas azules que me esperan tendida a tu lado, sin más luz que la luz de tus ojos, sin más lecho que aquel de tu brazo! ¡Cómo siento mi amor floreciendo en la mística voz de tu canto: notas tristes y alegres y hondas que unirán tu emoción a tu rapto! ¡Oh la noche regada de estrellas que enviará desde todos sus astros la más pura armonía de reflejos como ofrenda nupcial a mi tálamo! II - MEDIA NOCHE Se ha callado la idea turbadora y me siento en el sí de tu abrazo, convertida en un sordo murmullo que se interna en mi alma cantando. Es la noche una cinta de estrellas que, una a una a mi lecho han rodado; y es mi v

#2027 - PAZ: Misterio | Monólogo | Niña

  Misterio Relumbra el aire, relumbra, el mediodía relumbra, pero no veo al sol. Y de presencia en presencia todo se me transparenta, pero no veo al sol. Perdido en las transparencias voy de reflejo a fulgor, pero no veo al sol. Y él en la luz se desnuda y a cada esplendor pregunta, pero no ve al sol. Monólogo Bajo las rotas columnas, entre la nada y el sueño, cruzan mis horas insomnes las sílabas de tu nombre. Tu largo pelo rojizo, relámpago del verano, vibra con dulce violencia en la espalda de la noche. Corriente oscura del sueño que mana entre rüinas y te construye de nada: amargas trenzas, olvido, húmeda costa nocturna donde se tiende y golpea un mar sonámbulo, ciego. Niña Nombras el árbol, niña. Y el árbol crece, lento y pleno, anegando los aires, verde deslumbramiento, hasta volvernos verde la mirada. Nombras el cielo, niña. Y el cielo azul, la nube blanca, la luz de la mañana, se meten en el pecho hasta volverlo cielo y transparencia. Nombras el agua, niña. Y el agua brota, n

#2026 - LEÓN FELIPE: Yo sé todos los cuentos | LOYNAZ: No fue nunca | NERVO: Por miedo

  Yo sé todos los cuentos Yo no sé muchas cosas, es verdad. Digo tan sólo lo que he visto. Y he visto: que la cuna del hombre la mecen con cuentos, que los gritos de angustia del hombre los ahogan con cuentos, que el llanto del hombre lo taponan con cuentos, que los huesos del hombre los entierran con cuentos, y que el miedo del hombre... Ha inventado todos los cuentos. Yo no sé muchas cosas, es verdad, pero me han dormido con todos los cuentos... Y sé todos los cuentos. León Felipe (1884-1968) Obras completas Visor Libros, México, 2017 No fue nunca Lo pensaste quizás porque la luna roja bañó el cielo de sangre o por la mariposa clavada en el muestrario de cristal. Pero no fue: los astros se engañaron... Y se engañó el oído pegado noche y día al muro del silencio, y el ojo que horadaba la distancia... ¡El miedo se engañó!... Fue el miedo. El miedo y la vigilia del amor sin lámpara... No sucedió jamás: jamás. Lo pareció por lo sesgado, por lo fino y lo húmedo y lo obscuro... Lo pareció

#2025 - LÓPEZ RAMÍREZ: Insomnio de los guantes negros | LÓPEZ VELARDE: El sueño de los guantes negros

Insomnio de los guantes negros A Michelle Cosme Mi hermana me prestó unos guantes ¡Oh, cómo los recuerdo! Qué bien se veían en la fiesta mis brazos y mis manos como serpientes de obsidiana colmadas de brillos y de ojos. Cuánto bailaron sobre el tambor mis serpientes aladas Cuántas miradas congregaron en el centro de México. Pero no los encuentro, y ella ahora, justamente, los reclama. ¿Qué pude haberles hecho? ¿Los puse entre los sueños? ¿Hice un banderín con ellos en la oscuridad de la noche para que lo vieran los muertos? ¿Mandé un mensaje secreto a Ramón López Velarde? ¿Acaso lo cité esta noche, este otro invierno, debajo de este océano insomne? Él viene dulcemente y repasa conmigo los rincones Pregunta a mi vieja casa con paciencia ¿dónde los ha escondido? Pero ella ríe de su travesura nos los niega, cambia el tema, se escurre por los pasillos oscuros y apaga sus espejos. Yo revuelvo los cajones nuevamente y llamo a cada u

#2024 - PELLICER: Estudio | Nocturno A | Nocturno B

  Estudio Apenas te conozco y ya me digo: ¿Nunca sabrá que su persona exalta todo lo que hay en mí de sangre y fuego? ¡Como si fuese mucho esperar unos días –¿muchos, pocos?– porque toda esperanza parece mar del Sur, profunda, larga! Y porque siempre somos frutos de la impaciencia bosque todos. Apenas te conozco y ya arrasé ciudades, nubes y paisajes viajes, y atónito, descubro de repente que dentro estoy de la piedra presente y que en cielo aún no hay un celaje. Cómo serán estas palabras, nuevas, cuando ya junto a ti, salgan volando y en el acento de tus manos vea el límite inefable del espacio. Nocturno A Noche. Mar de silencio. Van las meditaciones desenrollando lentas sus claras devociones. El faro del espíritu clarea esas ondas suaves que van ampliando el círculo de sus evoluciones para regir el curso sereno de las naves. La paz del alma que sabe cantar sus horas vela esa vida íntima de tramas seductoras en que el dolor se ama. ¿Por qué? ¿Resulta acaso que ese

#2023 - MELÉNDEZ VALDÉS: A Dorila/ Oda VI | Los besos de amor | A Dorila / Oda VII

  A Dorila/ Oda VI ¡Cómo se van las horas, y tras ellas los días, y los floridos años de nuestra frágil vida! La vejez luego viene, del amor enemiga, y entre fúnebres sombras la muerte se avecina, que, escuálida y temblando, fea, informe, amarilla, nos aterra, y apaga nuestros fuegos y dichas. El cuerpo se entorpece, los ayes nos fatigan, nos huyen los placeres y deja la alegría. Si esto, pues, nos aguarda, ¿para qué, mi Dorila, son los floridos años de nuestra frágil vida? Para juegos y bailes y cantares y risas nos los dieron los cielos, las gracias los destinan. Ven, ¡ay!, ¿qué te detienes? ven, ven, paloma mía, debajo de estas parras do lene el viento aspira; y entre brindis süaves y mimosas delicias de la niñez gocemos, pues vuela tan aprisa. Juan Meléndez Valdés (1753-1817) Los besos de amor Cuando mi blanda Nise lasciva me rodea con sus nevados brazos, y mil veces me besa; cuando a mi ardiente boca su