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Mostrando entradas de noviembre 27, 2022

#2015 - DE CERVANTES SAAVEDRA: [Consecuencias de la lectura]

  [Consecuencias de la lectura] … se le pasaban las noches leyendo de claro en claro y los días de turbio en turbio, y así, del poco dormir y del mucho leer se le secó el cerebro, de manera que vino a perder el juicio. Llenósele la fantasía de todo aquello que leía en los libros, así de encantamientos como de pendencias, batallas, desafíos, heridas, requiebros, amores, tormentas y disparates imposibles; y asentósele de tal modo en la imaginación que era verdad toda aquella máquina de aquellas sonadas invenciones que leía, que para él no había otra historia más cierta en el mundo. (I, I) … cuando es tiempo de la siega, se recogen aquí las fiestas muchos segadores, y siempre hay alguno que sabe leer, el cual coge uno destos libros en las manos, y rodeámonos dél más de treinta, y estámosle escuchando con tanto gusto, que nos quita mil canas; a lo menos, de mí sé decir que cuando oyó decir aquellos furibundos y terribles golpes que los caballeros pegan, que me toma gana de hacer otro tanto

#2014 - NERVO: Las voces del agua | El mago

  Las voces del agua Mi gota busca entrañas de roca y las perfora. En mí flota el aceite que en los santuarios vela. Por mi raya el milagro de la locomotora la pauta de los rieles. Yo pinto la acuarela. Mi bruma y tus recuerdos son por extraño modo gemelos; ¿no ves como lo divinizan todo? Yo presto vibraciones de flautas prodigiosas al cristal de los vasos. Soy triaca y enfermera en las modernas clínicas. Y yo, sobre las rosas turiferario santo del alba en primavera. Soy pródiga de fuerza motriz en mi caída. Yo escarcho los ramajes. Yo en tiempos muy remotos dí un canto a las sirenas. Yo, cuando estoy dormida, sueño sueños azules, y esos sueños son lotos. Poeta, que por gracia del cielo nos conoces, ¿no cantas con nosotras? ¡Sí canto, hermanas voces! Amado Nervo (1870-1919) El mago Yo marcho y un tropel de corceles piafadores va galopando tras de mí... Yo vuelo y me sigue un enjambre de cóndores por la inviolada majestad del cielo. Yo canto y las selvas de música es

#2013 - ARREOLA: Profesar una cátedra... | Eva

Profesar una cátedra… Profesar una cátedra, inscribirse en un curso, son los actos equivalentes que indican un común afán de conocimiento por parte del maestro y el alumno. Así concebida, la relación entre universitarios reproduce la circunstancia humana del diálogo socrático, que discurre dentro de la cordialidad y el entusiasmo. Puesto que todos tenemos a nuestro alcance el saber depositado a lo largo de los siglos en bibliotecas, monumentos y museos, la apropiación de esa herencia universal sólo depende de nuestra capacidad para recibirla. Nuestro espíritu crece a medida que le ponemos cosas dentro. Y el pensamiento ajeno continúa y revive en el espíritu del alumno, cuando el maestro se vuelve capaz de actualizarlo en su propia persona. Juan José Arreola (1918-2001) La palabra educación. Compilador: Jorge Arturo Ojeda SEP, SepSetentas, México, 1973. Eva Él la perseguía a través de la biblioteca entre mesas, sillas y facistoles. Ella se escapaba hablando de los derechos de la mujer,

#2012 - MOLINA: Las cuatrocientas voces

  Las cuatrocientas voces Soñé decirte: “Estás atado a mí, no vas a caer”. Soñé un ave gris de pecho blanco y larga cola, en una rama del manzano que da a tu ventana: empezaba a cantar. Entonces, veía en tus ojos aquél que fuiste, el que andaba en el campo buscando agua, el que bailaba tap, jugaba tenis, leía tres o cuatro libros por semana, se apasionaba por los toros, sabía de memoria a García Lorca. Eras aquél que llegaba del trabajo buscando las risas de las niñas que jugaban en el jardín. Te soñé diciendo palabras que olvidaste: martini, raqueta, martillo, domingo, hotcakes… El ave era un cenzontle que cantaba con distintas voces. Cada una te devolvía un recuerdo: aquel niño rebelde que fuiste en el patio de la escuela, por la casa abarrotada de niños llorando; el joven que odiaba a los maristas, que jugaba con las matemáticas, aquél que amó a varias mujeres… De pronto eras tú diciendo: “Voy al club”. Abrí los ojos para despedirte. Otros tri

#2011 - HIGUERA: Croquis

  Croquis 1 Cruzó la strada como espuma oscura Una mujer africana con su corazón en un agua fría entra en un baldío borracha y se pierde en Florencia. Siega la sangre. 2 La respiración se perdió con el viento Que sacudía las hojas y movía las bolsas de plástico Tiradas en la banqueta. Un hombre tocaba saxofón en una esquina. Era una pieza de Manzanero. 3 La humedad de la noche el aliento pasado de copas un nido de señales araña la boca. 4 Esta noche abre sus puertas como heridas de hojas secas cerca nuestro corazón. Una cerveza amarga. Es una grieta la boca una ciudad en tinieblas. La noche se disuelve en el humo interminable la frontera se abre y busca otro aliento. 5 Soy alérgico al amanecer, a esa sustancia fría que desprenden los nuevos días será mi corazón de tierra mojada sembrando en mi pecho como semilla como milla u orilla donde hay un aire. Una señal en el cielo oxidado Una figura de barco de algún dios desconocido que tenga c

#2010 - MÉNDEZ: ¡Qué lejos está la Sierra! | No vengas

  ¡Qué lejos está la Sierra! ¡Qué lejos está la Sierra, mi Sierra de Guadarrama! Pinos cubiertos de nieve hasta las copas. Y heladas las cumbres bajo rosados ponientes, tirando al malva; de recios amaneceres de neblinas enlazadas. Por sus vertientes yo era patinadora en mi infancia. Con mi traje de colores, mis skis y mi bufanda, con mis guantes de manopla, sentía mi alma tan blanca… que se me iba confundiendo con la nieve que pisaba. A carreras, con las brisas de aquellos montes jugaba. ¡Qué graciosos pinos verdes! Los veía y los soñaba como en Navidad, colgados de presentes y de escarcha. Yo decoraba el paisaje Poniendo cosas fantásticas. Y a los nidos que, vacíos, en las ramas se ocultaban, trepadora por los troncos en silencio me acercaba por si alguna pajarita de las nieves encontraba. ¡Volveré a verte algún día, mi sierra de Guadarrama! Conmigo irán unos ojos nuevos, de clara mirada y unos tiernos piececitos que mi existencia engendrara… –¡Mi niña, p

#2009 - TAFOYA: Animales seniles / V

  Animales seniles / V Al cuerpo de Andrea Envuelta en el cristal del vítreo y quebradizo ataúd húmeda te encuentras para que nadie te empañe de sus gruesas pupilas de lascivos ancianos de pómulos resecos rodeas tu cuerpo con ramilletes de encarnadas gardenias que aroman con el perfume de un animal negro y yerto carne de cera tu mano que curvada y elástica te arropa el lánguido pudor de la cara la ceniza pelusa en tus pestañas indicios de la tierra donde tus ojos fueron sepultados pausa el tiempo te germinan ángeles antiguos también velludos gatos enroscados que retorciéndose levemente se estremecen bajo las satinadas mantas En este matraz ornamental no te quebranta el dolor de las caricias ni el desgaste por el tacto La mordedura de la boca carna otros labios que develan de la muerte su nítido e invisible significado El derrame de tu cabello embadurna de sombra el descenso hacia los pies minúsculos pequeños y atrofiados