La desterrada I Yo no canto para dejar testimonio de mi estancia, ni para que me escuchen los que, conmigo, mueren, ni para sobrevivirme en las palabras. Canto para salir de mi rostro en tinieblas a recordar los muros de mi casa, porque entrando en mis ojos quedé ciega y a tientas reconozco, cuando canto, el infinito umbral de mi morada. II Cuando me dividiste de ti, cuando me diste el país de mi cuerpo y me alejaste del jardín de tus manos, yo tuve, en prenda tuya, las palabras, temblorosos espejos donde a veces sorprendo tus señales. Sólo tengo tus palabras, sólo tengo mi voz infiel para buscarte. Reino oscuro de enigmas me entregaste y un ángel que me hiere cuando te olvido y callo, y es lengua doliente y una copa sellada. Esto es la poesía. No un don de fácil música ni una gracia riente. Apenas una forma de recordar, apenas —entre el hombre y tu orilla— una señal, un puente. Por él voy con mis pasos, con mi tiempo y mi muerte, llevando en estas manos p...
Blog donde el poeta César Guerrero Arellano recopila, para leer y consultar en la web, la selección diaria de poesía que el escritor Felipe Garrido distribuye por WA y por FB a una amplia red de personas.