Sala de espera Uno, sí, la estoy viendo de cuando en cuando, y después vuelvo a verla, la espío y oteo y quedo en vilo y más tarde la miro todavía, y sí, es verdad, finjo cierta demencia tras los lentes aun cuando la mire fijamente y hasta usted se dé cuenta. Y sin embargo, dos, no se ve nada, cosa que usted que debe haberse visto cientos de veces bien que debe saber, nada de nada, ni un amago siquiera de tirante, por más que esté al cuidado que nada se le asome, y una y otra vez, y luego una vez más se componga el escote. Pero la culpa, tres, es sólo suya, de usted sentada frente a mí en esta sala de espera que al tiempo que conversa por teléfono, con tres dedos precisos y nerviosa insistencia, se retoca insegura usted consigo sopesando sus dos pechos opimos pudorosa y quizás algo coqueta. Es por esta razón que, cuatro, espío y asomo y oteo e insisto y quedo en vilo aunque finja demencia tras los lentes...
Blog donde el poeta César Guerrero Arellano recopila, para leer y consultar en la web, la selección diaria de poesía que el escritor Felipe Garrido distribuye por WA y por FB a una amplia red de personas.