Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de julio 10, 2022

#1885 - DEL VALLE: Salutación y voces

  Salutación y voces …y tu genio, como alto sicomoro, entre borrascas y huracanes crece… MANUEL GUTIÉRREZ NÁJERA No hay elogio que valga y no son elogios vanos estas palabras. Es un sencillo saludo con el recuerdo de mis lecturas de tus poemas en distintos años de mi vida, Y hoy releo Lascas. En mi provincia, donde me crié, descubrí tus sonetos, tus odas en líricos cuarteto a a Byron y en versos de varia invención, tu honor a Víctor Hugo… Después más poemas de genio, de rencor, de celos y de recatos. Mis paisanos se sabían de memoria tus versos y los recitaban en medio de un café o copa en mano a grito pelado en la cantina. Dignificaban y eran inyecciones de virilidad para quien los decía y para el emocionado que los oía. Para otros eran lecciones de cristiana fe, de moral de la vida y posturas pasionales ante el amor y lenguas de llamas de la política. Lampo el aire se agita en las calles del puerto de Veracruz, libera tu paso y tu ingenio es un “Fantasma” que ronda y tramonta las pág

#1884 - CANO: Pastarán

Pastarán Pastarán los animales mansos sobre mi cuerpo y mis fuerzas habrán cumplido y habrá valido aquello que vieron ya los ojos. Pastarán los animales mansos sobre mi cuerpo y habré dejado de querer interpretarlos. Pastarán y mi cuerpo se devolverá a la hierba para recuperar su inocencia. Habré dejado de reprocharme tantas cosas: No contar las sílabas exactas, la injusta proporción en el poema. Pastarán las bestias y los otros, mis congéneres, seguirán cumpliendo la tarea puntual: reparar los puentes recibir los últimos alientos. Mi cuerpo vuelto a la horizontal, mi carne como un legado para las hormigas. Pero no será mi cuerpo sino el nuestro, nuestro cadáver compartido, la alianza final en la que sí hablaremos, el polvo generoso de las uniones, el lenguaje cumplido de las larvas. No habrá sido inútil amarnos de algún modo, el imperfecto, el punto en que no comunican nada los zanates y el colibrí se pasma de igual mo

#1883 - CUÉLLAR: Los nombres propios

Los nombres propios 1 Converso con mi hijo acerca de los muertos de la familia y mientras tomamos cerveza pienso qué pena se parece a mí: dos juncos brazos alambres como piernas pelo abundante y largo y antes de probar la mañana la boca se nos llena de Ulises. 2 De noche la ciudad y los nombres desafían la voz grave del viento. ¿Qué oscuridad de lejos los alumbra? El del único ojo vende sueños en una plaza de armas; si lo despierto temo me confunda con marsupial o ave carpintera. 3 A lo lejos el mar aunque faltan todavía unos años para que la palabra fuereño se inscriba en el Libro de los Nombres. Hablamos del que fue a la caza del sueño americano y devoró la tierra. “Tu abuelo fue bracero y dejó como herencia las palabras chinga y levantarse temprano”. Hay mujeres de muchos gentilicios guías de forasteros y faros del mar a los abismos. 4 A unos tragos de la Rotonda de Insurgentes abundan los espejos y escasea la memoria. Hay que jalar las palabras con anzuelo y

#1882 - CURIEL-FERMAN: Contemplación y recogimiento | Carta de amor devoto y buena fe | Esta mañana, al despertar...

Contemplación y recogimiento Los límites del mar se borran cuando tu Mano aparece tomando la mía, mi amante dorado, mi creador y héroe de viento. Y creo poder vislumbrar, desde mí y en la tersura del suelo que precede a la montaña, tu vestimenta y tu desnudez, tu grandeza que se esparce como un canto de gorriones divinos traídos desde el principio de los tiempos. Quiero llorar y puedo hacerlo. Podría escribirlo a diario y no quiero: al proceso divino y su misterio hay que abrazarlo como el único, el indeleble poema. Marlén Curiel-Ferman (1982) Carta de amor devoto y buena fe Te amo aunque no escuche que me escuchas y por tanto no tenga acuse de recibo, y con la cuenta a mi favor de los paisajes todos con los que adornas mi alma: Niebla, playa, pardo amanecer, noche lenta. No sé muy bien todavía pero me gusta caminar contigo, Amor Primigenio, mojar mi cabello en tu luz y tonsurar mis labios con los detalles pueriles –los más perfectos– de tu incre