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Mostrando entradas de junio 4, 2023

#2198 - RODRÍGUEZ MENDOZA: Siempre sueño con el mar…

  My love, you are water upon water upon water until it turns azure, montainous Adeeba Shahid Talukder Siempre sueño con el mar… Siempre sueño con el mar. S dice que el agua es mi deseo; estoy suspendida en su centro, sola. Mi padre murió hace tres días y desde entonces no me habla. Ya no recuerda sus sueños. Ahora me indica a señas por las calles del barrio onírico que en algo se parece a San Juan de Dios, que yo también moriré. Devuelta en la boca del océano, sobre el velo marino que apenas me sostiene como una boya indistinta porque el sol ha lamido sus colores hasta romperlos, pienso que estoy entonces en la palma de Dios, quien a su vez juega consigo o se sacude como si yo fuera un insecto o un mezquino en su piel porque es el cielo el que me aplasta, me tritura, me hunde entre plancton y bombones coralinos. Junto a la palabra padre se acercan, curiosas, otras especies de palabras como tú o tumba. Un azul sobre otro y otro más me oscurece el corazón, que de tan negro es ahora un c

#2197 - FRENK (Recop.): Coplas del amor feliz (cancionero folklórico de México)

  Coplas del amor feliz 1469 Los barandales del puente se estremecen cuando paso; chinita mía, dame un abrazo. 1470 En el centro de la mar suspiraba una ballena y en el suspiro decía: "Dame un abrazo, trigueña." 1471 Del cielo cayó un pañuelo todo lleno de adornitos, y en una esquina decía: "María, dame besitos." 1479 De tu ventana a la mía no hay más que un trecho; arrímate, vida mía, dame uno becho. 1480 Desde lejos tierras vengo, de pelear con la sirena; ahora que vengo rendido, dame tus brazos, morena. 1481 De tierras abajo vengo, de rezar una novena; ahora que vengo santito, ven, abrázame, morena. 1462 Si tu boquita fuera una manzana verde, toda la noche estuviera muerde que muerde. 1463 Un beso te quiero dar, pero de fijo no sé ni cómo lo he de empezar, ni cuándo lo acabaré. 1464 Dispénsame, jovencita, que aquí me tienes presente; yo quiero besar tu boquita: dime si te es consecuente. Yo no tomo "Coronita" me gusta más la aguardiente. 1465 Anoche me

#2196 - GARRIDO: Promesas | El Lago | Despedida

  Promesas Para Johann Rodrigo Romero Ayala Papá me acarició la cabeza, apenitas, pasando por mis cabellos sus dedos trabajados por sus trabajos; me creyó dormido y no quiso despertarme. El sol todavía no despuntaba, pero ya había esa claridad que lo anuncia. Volveré. Voy a traerte todo lo que te falta. Habló a mi oído con un susurro que ya olía a mezcal. Me dio la espalda y tomó en brazos a mi hermano, que mamaba todavía. Tal vez no quiso que yo lo viera llorar. A mamá eso no le importaba. Las lágrimas le rodaban y le caían en las manos, que tenían estrujada una estampita. Se abrazaron un rato largo, largo, largo. Luego se oyeron voces que lo llamaban. No sé cuánto tiempo hace de ese día. En la repisa, escondida detrás de San Judas, está aquella estampa; a veces mamá la toma y vuelve a llorar. Mi hermano ya camina y ya aprendió a hablar y no se acuerda de papá. Yo sí. Yo sé que volverá. El lago –¿Qué pasa contigo? –pregunta mamá y alza las cejas porque de nuevo traigo mojados los zapa

#2195 - COHEN: Cuatro de sal

  Cuatro de sal I Se esparce la mañana por mis ojos adormecidos en miradas lentas que me imprimes, paciente oscuridad. Quisiera, no sé cómo, anublar mi ventana con una piel más honda que la mía, vela endeble de un barco apolillado que naufraga constante por el sol, por estas noches y sus camas, únicos testigos del desvelo, la sentencia de una noche de versos inconformes, de piernas que no encuentran su pareja, de ojos clavados en un techo blanco, más blanco que el vacío, demasiado blanco: la noche fosforece llagas que iluminan palabras impotentes, cada herida que inflijo, cirujano gozosamente doloroso, escriba imbécil en espera de milagros. II La mañana jamás fue la promesa. Las hojas que se dejan de los vientos, de mi vista de sueño sin descanso, son relleno, amenaza, distracciones inútiles que invento desesperadamente para ver si así no caigo, y me convenzo, asi, de que el dolor no sea razón de vida; la soledad, estado de una gracia impune, codiciada por los nec

#2194 - DE LA CRUZ: Endechas

  Endechas I Expresa, aún con expresiones más vivas, el sentimiento que padece una mujer amante de su marido muerto Agora que conmigo sola en este retrete por pena o por alivio permite amor que quede; agora, pues que hurtada estoy, un rato breve, de la atención de tantos ojos impertinentes, salgan del pecho, salgan en lágrimas ardientes, las represadas penas de mis ansias crueles. Afuera ceremonias, de atenciones corteses, alivios afectados, consuelos aparentes. Salga el dolor de madre y rompa vuestras puentes del raudal de mi llanto el rápido torrente. En exhalados rayos salgan confusamente suspiros que me abrasen, lágrimas que me aneguen. Corran de sangre pura, que mi corazón vierte, de mis perennes ojos las dolorosas fuentes. Dé voces mi dolor que empañen indecentes estos espejos puros de la esfera celeste. Publique con los gritos que ya sufrir no puede del tormento inhumano las cuerdas inclementes.

#2193 - DE IBÁÑEZ: Pastoral (Tiempo II)

  Pastoral Tiempo II I Alzan el claro hocico mis lebreles y husmean en los aires invasores de lento corazón desconocido. En blandas curvas y extranjeras flores traduce absorto el valle conmovido la tierna multitud de sus temblores. Alzan, tensos, la pálida cabeza y a serme ajena su honda luz empieza. Cristales que se apartan del rocío abriendo finas hojas por el cielo, y un aroma sin patria que me embiste dudando entre paloma y asfodelo. Y el agua que a mi rostro se resiste con espuma tenaz o brusco hielo. Y este clamor que viene de la tierra y en mi pujante soledad me encierra. Hiere mi boca el tierno caramillo. Se eriza el musgo fiel en las colinas. Oigo blancas pisadas de cordero y un relámpago azul de golondrinas. Es hora de nacer y no me espero perdido entre dulcísimas espinas. Todo es nuevo, mi voz y las criaturas que me acechan con lágrimas oscuras. Como nacido de mis propios huesos, oliendo a ciega sangre sin memoria, en la caliente máscara del dí