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Mostrando entradas de septiembre 18, 2022

#1947 - BARAJAS: Microensayos

Microensayos El amor se reconoce en sus vestigios, así como se reconoce a los dinosaurios, por sus restos fósiles. Los textos policiacos: cuentos, novelas, dramas… tienen como fin la representación de los delitos. En el cuerpo el tiempo ejerce su labor criminal. La desdicha de los hombres procede de la esperanza. La novela es un género de personajes, más que de acción; de amplios discursos con raquíticas historias. El sexo es un remedio contra la nostalgia. La escritura nos permite llevar otras vidas. No vemos las cosas como son, sino como somos. El sexo es un duelo entre dos víctimas. La vanguardia practicó la agitación léxica y gramatical; con ello cambió el sentido lineal del pensamiento y la imaginería poética. Mediante el humor el hombre desestructura la realidad. La fe radica en no creer en lo que se tiene enfrente. Las palabras y las cosas, por fortuna, no son lo mismo: la palabra fuego no quema. Leer y escribir / Se dice que no sólo se debe leer en voz alta; también hay que esc

#1946 - LÓPEZ COLOMÉ | Ese cadáver

  Ese cadáver Ese cadáver que vi con mis propios ojos, poseedor de ojos idénticos a alguien o algo, que se comen comerían habrían comido los gusanos (si me entierran de igual modo que a quien nunca amé ni llamé como debía –demasiado tarde hoy como ayer- pero imaginé dirigiéndome el habla desde su encierro, con ternura, sin angustia), ese cadáver era el que quería que vieras tú, digno, no feo, sólo cuerpo muerto, fresco como una mañana de primavera-verano-otoño-invierno, entre narcisos-glicinas-arces-abedules, oliendo a sus aromas y a podrido, carente de expresiones, emociones, tan extraño y familiar, rebosante de tejidos u órganos que donar (córneas sanas, un corazón santo para quien acaso deseare seguir en el gran teatro del mundo). Quería que al desdoblarte desde tu realidad de iris y pupila te hallaras a ti misma. Donarte ánimo desde texturas inánimes. Para no partir así. Así, sin contraseña por si llegaba el momento. Un momento dado. Y entonces, de bue

#1945 - MUÑIZ-HUBERMAN: Reflejo | Gacela

  reflejo Sería como hallar un estanque en noche de luna dejar caer al azar los luceros de la mano beber agua en copa de plata, inmaculada, y estrellar en el fondo del abismo el espejo, reflejo único. Angelina Muñiz-Huberman (1936) gacela Paso de gacela, leve, atribulado que no te siente la tierra ni la hierba en este rincón te espero, no ahora, sino siempre. tras del abeto, agazapado cazador, lanza en mano no pierde un momento de su extensa melancolía paso de gacela, leve, se le escapa sin remedio que te espero, digo, no hoy sino siempre paso de gacela, advertida, salta espléndida que, agazapado te espero, lanza en mano, gacela, en perfecta huida, desdeña fidelidades vuelve, vuelve a mí, que te espero atrapado entre esas tus altivas patas, almendrados ojos y el tic nervioso de una y otra tus orejas inútil plegaria la del cazador desdichado vacía voz la que entona cálidos desperdicios su sombra es de todos conocida, mas no amada sombra

#1944 - BARANDA: 1. Pájaros

  1. Pájaros He llegado a la noche. Una lámpara me alumbra entre la yerba. Bajo un cielo lastrado los pájaros se nutren de silencio. Hay sombras de polvo en esta tierra, ¿por qué estoy yo adentro de su luz? He visto a la prudencia volar como un ave de gracia en la frescura de la edad. Arriba un pájaro remonta el vuelo y en la grafía del aire me muestra su gusto por los árboles más tiernos. Llueve en el aliento de las albas, en el país donde la bestia vaga como una sombra humana, Pienso en las vocales para la ascensión de la luz. Escucho el oficio de un insecto bajo las hojas del invierno. Miro los ojos de mi madre en el vuelo de los pájaros. Ha muerto con el crepúsculo en su corazón. Hubo aquí fuego en la impureza de una oración. Queda el esplendor de los jardines abiertos a la salud de las dalias y las gardenias, de las zarzas en el silencio de la tristeza. Nuestra casa será atormentada por esa vi

#1943 - CAMARILLO: Símbolo

Símbolo A mi tío, el poeta muerto don José María Roa Bárcena. Al débil y triste lampo de un muerto sol de poniente vamos los dos, quietamente, por el silencioso campo; y al pie de una mustia higuera, entre la hierba polvosa, vemos, de pronto, una fosa, y a un lado, una calavera… los vientos arrulladores que de apartadas orillas vienen, trajeron semillas de maravillosas flores. Y en este cráneo sombrío que hoy nomás la tierra llena, una pálida azucena ábrese al sol del estío… “¡Extraña combinación de la muerte con la vida!” murmuro sobrecogida, levantando una oración. Y mientras mi mente inquieta piensa en la fosa, mi amado dice: “Aquí fue sepultado, ha mucho tiempo, un poeta”. “Es por eso –luego advierte el dueño de mis amores– que, hasta después de la muerte, ese cráneo engendra flores…” María Enriqueta Camarillo (1872-1968) La Falange, 1922-1923 México, 1° de enero de 1923, p. 94- En Revistas Literarias Mexicanas Modernas Pr

#1942 - TORRI: La feria

  La feria Y estando a – Y estando amarrando un gallo Se me re – Se me reventó el cordón. Yo no sé Si será mi muerte un rayo… Los mecheros iluminan con su luz roja y vacilante rimeros de frutas, y a contraluz proyectan negras las siluetas de los vendedores y transeúntes. --¡Pasen al ruido de uñas, son centavos de cacahuates! --¡El setenta y siete, los dos jorobados! --¡Las naranjas de Jacona, linda, son medios! Periquillo y Januario están en un círculo de mirones, en el cual se despluma a un incauto. --¡Don Ferruco en la Alameda! --¡Niña, guayabate legítimo de Morelia! --¡Por cinco centavos entren a ver a la mujer que se volvió sirena por no guardar el Viernes Santo! Dos criadas conversan: --En México no saben hacer procesiones. Me voy pues a pasar la Semana Santa a Huehuetoca… Una muchacha a un lépero que la pellizca: --¡No soy diversión de nadie, roto tal! --¡El que le cantó a San Pedro! --¡El sabroso de las bodas! --¡El coco de las mujeres! --¡Pasen al panorama, señoritas, a conocer