El segundo laberinto El ala de tus ojos ha batido mi piel la cubrió de olivos verdes que han sacudido mi piel. A la sombra de sus pestañas Madre se ha teñido de oro el mar. Entre rescoldos de copas él templa mi agua, Madre. Este oro me derrama. Cae nuevamente Señor agua estremecida en tus cabellos. La tarde Señor iba derramando gotas y suaves fulgores respondían a la danza del viento cuando un descender de plata comenzó a recordarme tu nombre. Has desatado nuevamente el descenso al fondo del abismo. Y esta grieta que me atrapa girando eterna. No existía el segundo disco –sin Paolo no se aprecia la tempestad– Sólo encierro estrechez de fruta seca tolvaneras. Y sentir que un golpe de tu aliento me rescata. Una súplica a ti que todo puedes no me encierres en la charca no me...
Blog donde el poeta César Guerrero Arellano recopila, para leer y consultar en la web, la selección diaria de poesía que el escritor Felipe Garrido distribuye por WA y por FB a una amplia red de personas.