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Mostrando entradas de mayo 7, 2023

#2172 - TAPIA DE CASTELLANOS: Intuición

  Intuición “Ninguna mano dirigió mi mano cuando mi mano se ensayó en la lira, que el hombre enseña su saber humano mas nadie enseña lo que el cielo inspira.” Nadie me dijo en mi niñez amada cuánto era bello el esplendente cielo, y vo mil veces lo miré extasiada de blanca nube entre el flotante velo. Nadie me dijo que se hallaba escrito un lenguaje divino en las estrellas, y algo alcancé a leer del infinito al contemplarlas en las noches bellas. Nadie me habló de Dios cuando ostentaba el sol en el zenit su disco ardiente; y la obra de Dios en él miraba cuando en sus rayos se bañó mi frente. Aspirando el aroma de las flores nadie me habló de amor, ni de ternura, y adiviné sus cándidos amores al ver reproducirse su hermosura. Al escuchar los cánticos del ave del bosque secular en la espesura, en su ignorado idioma tierno y suave adiviné su amor y su ventura. Al contemplar los turbulentos mares el rugido escuchando de sus olas,

#2171 - VARGAS LEYVA: Memoria | Nada más natural

  Memoria Tú y yo en la distancia del tiempo que nos recorre en un viaje que hemos hecho en silencio. Un camino en un lecho de arena. El tránsito como una corriente luminosa que se extingue a media noche. El insomnio perpetuo de la calle guarda el paso de los hombres que nunca serán dioses. Volver a empezar es descubrir el origen, la construcción mental como un paisaje geológico. Estructura de calles, de corrientes pluviales, coordenadas terrestres de latitud y longitud alineadas al centro de la tierra. En los rastros recuperados de la memoria reconstruyo la nostalgia de una ciudad que nunca existió. Los muros que te contienen me contienen, marcan los puntos cardinales del norte al sur, del mar al desierto los pasos en la noche, la colina ascendiendo, las voces que gritan mi nombre como una premonición de los días que vendrán iluminando cada habitación después de la tormenta. No hay coincidencias, sólo una línea trazada sobre cubos de h

2170 - LARRAÑAGA PORTUGAL: Balada de ultratumba

  Balada de ultratumba   Murió su amada, y con el alma herida           Por la terrible ausencia, La amortajó poniendo entre sus manos           Un ramo de azucenas. Él mismo la condujo al cementerio,           Y en una tumba nueva, Su corazón y sus pasadas dichas           Allí enterró con ella. ¡Y todo lo dejó! Sólo en el alma           Se llevaba la pena, La amargura infinita del que llora           La soledad inmensa. Diez noches en la cámara mortuoria           Pasó solo y en vela Y a la undécima, en horas avanzadas,           Llamaron a su puerta. --¿Quién a turbar mi religioso llanto           Y mi dolor se acerca? --Yo, que la paz no gozo de la tumba,           Su amada le contesta. Y se adelanta a abrir --Aquí me tienes,           --Le dice la doncella-- Tu dolor me levanta del sepulcro,           ¡Tus lágrimas me queman! Él permanece mudo, y ella entonces           Como visión de nieblas, Con la mirada en él viéndole s

#2169 - DARÍO: A Margarita Debayle

  A Margarita Debayle Margarita, está linda la mar, y el viento lleva esencia sutil de azahar; yo siento en el alma una alondra cantar: tu acento. Margarita, te voy a contar un cuento. Este era un rey que tenía un palacio de diamantes, una tienda hecha del día y un rebaño de elefantes. Un quiosco de malaquita, un gran manto de tisú, y una gentil princesita, tan bonita, Margarita, tan bonita como tú. Una tarde la princesa vió una estrella aparecer; la princesa era traviesa y la quiso ir a coger. La quería para hacerla decorar un prendedor, con un verso y una perla, una pluma y una flor. Las princesas primorosas se parecen mucho a ti. Cortan lirios, cortan rosas, cortan astros. Son así. Pues se fue la niña bella, bajo el cielo y sobre el mar, a cortar la blanca estrella que la hacía suspirar. Y siguió camino arriba, por la luna y más allá; mas lo malo es que ella iba sin permiso del papá. Cuando estuvo ya de

#2168 - CORTÉS: Crónica de los prodigios | HEREDIA: Al Popocatépetl

  Que a ocho leguas de esta ciudad de Churultecal están dos sierras muy altas y muy maravillosas, porque en fin de agosto tienen tanta nieve que otra cosa de lo alto de ellas sino la nieve se parece. Y de la una que es la más alta sale muchas veces, así de día como de noche, tan grande bulto de humo como una gran casa, y sube encima de la sierra hasta las nubes, tan derecho como una vira [flecha], que, según parece, es tanta la fuerza con que sale que aunque arriba en la sierra andaba siempre muy recio viento, no lo puede torcer. Y porque yo siempre he deseado de todas las cosas de esta tierra poder hacer a vuestra alteza muy particular relación, quise de ésta, que me pareció algo maravillosa, saber el secreto, y envié diez de mis compañeros, tales cuales para semejante negocio eran necesarios, y con algunos naturales de la tierra que los guiasen, y les encomendé mucho procurasen de subir la dicha sierra y saber el secreto de aquel humo, de dónde y cómo salía. Los cuales fuer

#2167 - BERNÁRDEZ: Lejos

  LEJOS matando muerte en vida has trocado San Juan de la Cruz Pronúnciame antes de la escarcha y del rocío cuando la bajamar hurta la niebla que avecina el sisal de la muerte Salimos de su ojal de ese doblez            que cela lo que se acalla el cuerpo es tan sagrado como el índice que sutura la herida me preguntas si conozco el cementerio de Praga y sólo pienso en la noche de sus calles lejos y cerca de la soledad y lo temible y asomo la mirada por el ventanal y aquí también es de noche también las farolas          traicionaban la penumbra  y engañan la muesca de lo oscuro y aún del pesar  en su gravedad infinita lo abierto resuena                     en su rastro lo borrado no importa lo existente es apresado  por la imagen que se calla Y no fui al cementerio no dejé piedras en Guernica no hay tumba no hay marca sobre la tierra  que dé cuenta de su paso sólo la tajadura este hueco este inacabable crepitar  de un pan              que aún en la puerta del horno                      

#2166 - VILLEDA: Mi abuela, Chopin y yo | La iglesia de los huesos | De Rangún [Inédito]

  Mi abuela, Chopin y yo Chopin creció en mis oídos antes que en mi lista de viajes. Mi abuela Lourdes lo adoraba. Por aquí está ella y una de sus pertenencias favoritas. Es un disco de acetato de Los grandes maestros de la música clásica, con polonesas, nocturnos, estudios y mazurkas. Pienso en ella mientras camino en Varsovia. Pienso en sus manos. Pienso sin pensarme. Pienso pensándola. La pienso y no me pienso. Algo de mí fue ella. Algo de ella seré yo. Algo, alguien. Karen Villeda (Tlaxcala, 1985) La iglesia de los huesos Si hay que rezarle a alguien, con cierta fe, le rezaría a mis huesos. O al peso de los huesos. A la constitución que tanto preocupa a las personas y por la que desean o se trauman. Es decir. El osario en el que nos toca o corresponde vivir. En eso estoy pensando dentro del Osario del Osuario de Sedlec. También me digo a mí misma que no debo confundir la palabra osario con osuario, que es donde se guardan