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Mostrando entradas de septiembre 4, 2022

#1934 - GARRIDO: Mediodía

  Mediodía Joaquín Armenta la vio venir desde el otro lado de la calle. Más allá de la funeraria, de la florería, de las nieves, de la oficina de Hertz y del tendido que tenía en el suelo una india que vendía yerbas para enamorar. La vio venir, como todos los días, con ese caminado que partía en dos el día. Bien a bien, Joaquín Armenta no sabía dónde estaba el secreto de aquellos movimientos. Podía ser, se decía, que fuera el modo de lanzar los muslos al frente; o la manera de apoyar toda la planta del pie en la tierra, desde el talón hasta los dedos; o la forma que tenía de consentir el balanceo de las caderas, sin apresurarlo ni interrumpirlo ni prolongarlo, dándole la amplitud precisa, como siguiendo el ritmo de una musiquita sabrosa que llevara por dentro. Joaquín Armenta la vio venir, con la falda negra y volandera que le ceñía la cintura como él habría querido hacerlo. Pasó tan cerca que le sintió el agua de aromas que se había puesto entre las tetas. Pero esta vez Joaquín Arment

#1933 - ISTARÚ: Ahora que el amor... | A nuestra cama vino a encallar la luna | La suavidad del pan...

  Ahora que el amor… Ahora que el amor es una extraña costumbre, extinta especie de la que hablan documentos antiguos, y se censura el oficio desusado de la entrega; ahora que el vientre olvidó engendrar hijos, y el tobillo su gracia y el pezón su promesa feliz de miel y esencia; ahora que la carne se anuda y se desnuda, anda y revolotea sobre la carne buena sin dejar perfumes, semilla, batallas victoriosas, y recogiendo en cambio redondas cosechas; ahora que es vedada la ternura, modalidad perdida de las abuelas, que extravió la caricia su avena generosa; ahora que la piel de las paredes se palpan varón y mujer sin alcanzar el mirto, la brasa estremecida, ardo sencillamente, encinta y embriagada. Rescato la palabra primera del útero, y clásica y extravagante emprendo la tarea de despojarme. Y amo. Ana Istarú (1960) A nuestra cama vino a encallar la luna. A nuestra cama vino a encallar la luna. Dejó este peine, este nácar, este néctar. Puso una seda brillante a tu aspereza. Puso un cri

#1932 - OJEDA: La experiencia que he vivido... | Eduardo estaba como ausente...

  La experiencia que he vivido… La experiencia que he vivido es realmente espeluznante. Voy a contar un poco más para que se entienda, para que se sepa por qué lo pienso así. Mientras estaba en el Salón Central del Centro de Convenciones de Aguascalientes –era uno de los más de tres mil que estábamos asistiendo al Encuentro– me llegó –eso sí con el zumbido de fondo– una voz. Les puede parecer una fantasía o un recurso metafórico, pero no, no es eso lo que quiero que se piense: era una voz; no mi voz, era una voz como de locutor de radio de medianoche; era audible perfectamente para mí, a pesar del bullicio del gran salón. Al escucharla moví la cabeza a varios lados, sintonicé todos mis sentidos; la voz era clara, y tenía como música de fondo el zumbido. –Eduardo Espejo, ¿sabes realmente quién eres? –dijo. Me volví a las personas que estaban tras de mí, porque pensé que alguno de ellos era el dueño de la voz; pero no, cada uno estaba en lo suyo; dos conversaban, los

#1931 - BELLI: Nueva tesis femenina | Y Dios me hizo mujer,

Nueva tesis femenina ¿Cómo decirte hombre que no te necesito? No puedo cantar a la liberación femenina si no te canto y te invito a descubrir liberaciones conmigo. No me gusta la gente que se engaña diciendo que el amor no es necesario: “Témeles, yo le tiemblo”. Hay tanto nuevo que aprender, hermosos cavernícolas que rescatar, nuevas maneras de amar que aún no hemos inventado. A nombre propio declaro que me gusta saberme mujer frente a un hombre que se sabe hombre, que sé de ciencia cierta que el amor es mejor que las multi-vitaminas, que la pareja humana es el principio inevitable de la vida, que por eso no quiero jamás liberarme del hombre; lo amo con todas sus debilidades y me gusta compartir su terquedad; todo este ancho mundo donde ambos nos somos imprescindibles. No quiero que me acusen de mujer tradicional pero pueden acusarme, tantas como cuantas veces quieran, de mujer. Gioconda Belli

#1930 - DE IBARBOUROU: Despecho

  Despecho ¡Ah, que estoy cansada! Me he reído tanto, tanto, que a mis ojos ha asomado el llanto; tanto, que este rictus que contrae mi boca es un rastro extraño de mi risa loca. Tanto, que esta intensa palidez que tengo (como en los retratos de viejo abolengo) es por la fatiga de la loca risa que en todo mi cuerpo su sopor desliza. ¡Ah, que estoy cansada! Déjame que duerma; pues, como la angustia, la alegría enferma. ¡Qué rara ocurrencia decir que estoy triste! ¿Cuándo más alegre que ahora me viste? ¡Mentira! No tengo ni dudas, ni celos, ni inquietud, ni angustias, ni penas, ni anhelos. Si brilla en mis ojos la humedad del llanto, es por el esfuerzo de reírme tanto... Juana de Ibarbourou (1892-1979) Obras completas Aguilar, Madrid, 1960 1930 Un poema al día, para que quienes puedan se lo pongan encima y lo atesoren en la memoria. 6-IX-2022. Selección de Felipe Garrido. Miguel Ángel Porrúa, editor; Academia Mexicana de la Lengua; Creadores Eméritos (INBAL

#1929 - DE ESPRONCEDA: La canción del pirata

La canción del pirata Con diez cañones por banda, viento en popa a toda vela, no corta el mar, sino vuela mi velero bergantín: bajel pirata que llaman por su bravura El Temido, en todo mar conocido de uno al otro confín. La luna en el mar riela, en la lona gime el viento, y alza en blando movimiento olas de plata y azul; y ve el capitán pirata, cantando alegre en la popa, Asia a un lado, al otro Europa, y allá a su frente Estambul. “Navega, velero mío, sin temor, que ni enemigo navío, ni tormenta, ni bonanza tu rumbo a torcer alcanza, ni a sujetar tu valor. “Veinte presas hemos hecho a despecho del inglés, y han rendido sus pendones cien naciones a mis pies. Que es mi barco mi tesoro. que es mi Dios la libertad, mi ley la fuerza y el viento, mi única patria la mar. “Allá muevan feroz guerra ciegos reyes por un palmo más de tierra; que yo tengo aquí por mío cuanto abarca el mar bravío a quien nadie impuso leyes. “Y no hay playa, sea cual

#1928 - DE LA CRUZ: Al que ingrato me deja... | Esta tarde, mi bien... | Detente, sombra de mi bien...

  Al que ingrato me deja… Al que ingrato me deja busco amante; al que amante me sigue dejo ingrata; constante adoro a quien mi amor maltrata, maltrato a quien mi amor busca constante. Al que trato de amor hallo diamante y soy diamante al que de amor me trata, triunfante quiero ver al que me mata y mato al que me quiere ver triunfante. Si a éste pago, padece mi deseo; si ruego a aquel, mi pundonor enojo; de entre ambos modos infeliz me veo. Pero yo por mejor partido escojo de quien no quiero ser violento empleo que de quien no me quiere vil despojo. Sor Juana Inés de la Cruz (1648-1695) Esta tarde, mi bien… Esta tarde, mi bien, cuando te hablaba, como en tu rostro y tus acciones vía que con palabras no te persuadía, que el corazón me vieses deseaba; y Amor, que mis intentos ayudaba, venció lo que imposible parecía: pues entre el llanto que el dolor vertía el corazón deshecho destilaba. Baste ya de rigores, mi bien, baste; no te atormente