#1933 - ISTARÚ: Ahora que el amor... | A nuestra cama vino a encallar la luna | La suavidad del pan...
Ahora que el amor…
Ahora que el amor
es una extraña costumbre,
extinta especie
de la que hablan
documentos antiguos,
y se censura el oficio desusado
de la entrega;
ahora que el vientre
olvidó engendrar hijos,
y el tobillo su gracia
y el pezón su promesa feliz
de miel y esencia;
ahora que la carne se anuda
y se desnuda,
anda y revolotea
sobre la carne buena
sin dejar perfumes, semilla,
batallas victoriosas,
y recogiendo en cambio
redondas cosechas;
ahora que es vedada la ternura,
modalidad perdida de las abuelas,
que extravió la caricia
su avena generosa;
ahora que la piel
de las paredes se palpan
varón y mujer
sin alcanzar el mirto,
la brasa estremecida,
ardo sencillamente,
encinta y embriagada.
Rescato la palabra primera
del útero,
y clásica y extravagante
emprendo la tarea
de despojarme.
Y amo.
Ana Istarú (1960)
A nuestra cama vino a encallar la luna.
A nuestra cama vino a encallar la luna.
Dejó este peine, este nácar, este néctar.
Puso una seda brillante a tu aspereza.
Puso un cristal fragante a cuanta sábana
encontraba y no encontraba
más que los nardos alados de tu espalda.
La tibia, la ladrona, la inesperada
vino a beber centellas dormidas de tu frente,
las migas de este amor que cometimos.
A nuestra cama vino a encallar la luna,
esa cebolla de plata, esta versión
felina de la nieve, esta cuchara.
La temible, la forajida
vino a robar tu pan, tu sexo de oro fresco
saliendo de mi horno
mejor. ¡La inesperada, la tibia, la ladrona!
Puño de azaleas.
Ana Istarú (1960)
La suavidad del pan…
La suavidad del pan que no ha nacido
sostienen sus caderas,
un lomo terso de venado,
la curvatura del melón,
altas mejillas donde escribió
su adiós final la espalda.
Cómo no amar a este varón
sentado en sus dos lunas,
volcado como un río sobre el lecho.
Amo su boca tocada por la abeja,
amo sus higos apretados,
amo esta órbita doblemente dulce:
detenidos ocasos sus dos nalgas,
oh gloria de la esfera, las dos copas
en que lo habrán vertido un día.
Su grávida ternura me devuelve
a las cosas más terrenas.
Los ángulos equinos, el traje circular del universo.
Cómo no amar a este varón tocado
con piel de albaricoque en la cadera.
Ana Istaurú (1960)
Poesía escogida. Nueva edición,
Editorial Costa Rica, San José, 2011
1933 Un poema al día, para que quienes puedan se lo pongan encima y lo atesoren en la memoria.
9-IX-2022. Selección de Alejandro González / Felipe Garrido.
Comentarios
Publicar un comentario