Este conmovedor texto aparece en numerosas páginas electrónicas muchas veces sin acreditar la autoría y en versiones un tanto diversas, aunque sea en pequeños detalles. No obstante, se puede confirmar que el autor es el reconocido poeta, cronista y periodista brasileiro Fabricio Carpinejar, nacido en Rio Grande do Sul el 23 de octubre de 1972; que vive actualmente en Belo Horizonte, capital del estado de Minas Gerais. Es hijo de los reconocidos poetas Maria Carpi y Carlos Nejar, quien es miembro de la Academia
Brasileira das Letras.
Fabricio ha publicado más de cuarenta títulos, entre poesía, crónica y reportaje; muchos de sus libros están destinados a primeros lectores, ha obtenido más de 20 premios literarios, entre los que se encuentran el Premio Fernando Pessoa (1998) y el Premio Cecilia Meireles, ambos de la Unión Brasileira de Escritores (2002), además del Premio Jabuti (2009). Fue elegido por la revista Época como una de las 27 personalidades más influyentes de internet. Sus “Guardanapos digitais” (servilletas digitales) tienen más de un millón de lectores. Este texto apareció en el ebook Me ajude a chorar, de 2014, que se encuentra en Amazon.
Todo hijo es padre de la muerte de su padre
Hay una ruptura en la historia familiar, las edades se acumulan y se superponen y el orden natural no tiene sentido: es cuando el hijo se convierte en el padre de su padre. Es cuando el padre envejece y comienza a deambular como si estuviera en la niebla. Pausado, lento, impreciso.
Es cuando aquel padre que tomaba con fuerza nuestra mano ya no puede levantarse solo.
Es cuando aquel padre, antes firme e infranqueable, se debilita de repente y necesita respirar dos veces para moverse.
Es cuando aquel padre que antes mandaba y ordenaba, hoy sólo suspira, sólo gime, y sólo busca dónde están la puerta y la ventana –todo es un corredor, todo está lejos.
Es cuando aquel padre, antes dispuesto y trabajador, no logra desvestirse y no recuerda sus medicinas. Y nosotros, como hijos, no haremos otra cosa sino cambiar los papeles y aceptar que somos responsables de esa vida. Aquella vida que nos engendró depende de la nuestra para morir en paz.
Todo hijo es el padre de la muerte de su padre.
O tal vez la vejez del padre y de la madre sea nuestra última lección. Una oportunidad para devolver los cuidados y el amor que nos brindaron a lo largo de décadas, de retribuir el amor con el cariñoso gesto de cuidarlos. Y así como adaptamos nuestra casa para atender a nuestros hijos, bloqueando tomas de luz y poniendo corralitos, ahora vamos a cambiar de lugar los muebles para criar a nuestros padres.
Un amigo cuenta que acompañó a su padre en sus últimos momentos. En el hospital, la enfermera lo pasaba de la cama a una camilla, para cambiar las sábanas, cuando mi amigo gritó desde su silla: ¡Déjeme ayudarle! Reunió fuerzas y por primera vez tuvo a su padre en su regazo. Apoyó el rostro de su padre contra su propio pecho. Acomodó en sus brazos a su padre consumido por el cáncer: pequeño, arrugado, frágil, tembloroso.
Lo sostuvo durante mucho tiempo, un tiempo equivalente a su infancia, un tiempo equivalente a su adolescencia, mucho tiempo, un tiempo interminable. Arrulló a su padre de un lado a otro. Acunó a su padre. Calmó a su padre. Y sólo le decía susurrando: ¡Aquí estoy, aquí estoy, papá!
Lo que un padre quiere escuchar al final de su vida es que su hijo está allí.
Fabricio Carpinejar /
Traducción de Eduardo Langagne
Todo filho é pai da morte de seu pai
Há uma quebra na história familiar onde as idades se acumulam e se sobrepõem e a orden natural não tem sentido: é quando o filho se torna pai de seu pai. É quando o pai envelhece e começa a trotear como se estivesse dentro de uma névoa. Lento, devagar, impreciso.
É quando aquele pai que segurava com força nossa mão já não tem como se levantar sozinho. É quando aquele pai, outrora firme e intransponível, enfraquece de vez e demora o dobro da respiração para sair de seu lugar.
É quando aquele pai, que antigamente mandava e ordenava, hoje só suspira, só geme, só procura onde é a porta e onde é a janela --tudo é corredor, tudo é longe.
É quando aquele pai, antes disposto e trabalhador, fracassa ao tirar sua própria roupa e não lembrará de seusremédios. E nós, como filhos, não faremos outra coisa senão trocar de papel e aceitar que somos responsáveis por aquela vida. Aquela vida que nos gerou depende de nossa vida para
morrer em paz.
Todo filho é pai da morte de seu pai.
Ou, quem sabe, a velhice do pai e da mãe seja nosso último ensinamento. Fase para devolver os cuidados que nos foram confiados ao longo de décadas, de retribuir o amor com a amizade da escolta. E assim como mudamos a casa para atender nossos bebês, tapando tomadas e colocando cercadinhos, vamos alterar a rotina dos móveis para criar os nossos pais.
Um amigo conta que acompanhou o pai até seus derradeiros minutos. No hospital, a enfermeira fazia a manobra da cama para a maca, buscando repor os lençóis, quando ele gritou de sua cadeira: --Deixa que eu ajudo! Reuniu suas forças e pegou pela primeira vez seu pai no colo. Colocou o rosto de seu pai contra seu peito. Ajeitou em seus ombros o pai consumido pelo câncer: pequeno, enrugado, frágil, tremendo.
Ficou segurando um bom tempo, um tempo equivalente à sua infância, um tempo equivalente à sua adolescência, um bom tempo, um tempo interminável. Embalou o pai de um lado para o outro. Aninhou o pai. Acalmou o pai. E apenas dizia, sussurrado: — Estou aqui, estou aqui, pai!
O que um pai quer apenas ouvir no fim de sua vida é que seu filho está ali.
Fabricio Carpinejar
da-morte-de-seu-pai (En línea 04 /03 /23). Eduardo Langagne.
2106 Un poema al día, para que quienes puedan se lo pongan encima y lo atesoren en la memoria. 6-III-2024. Selección de Martha Chapa / Felipe Garrido.
Miguel Ángel Porrúa, editor; Academia Mexicana de la Lengua; Creadores Eméritos FONCA
Reacciones a la selección previa:
Adolfo Castañón: Gracias por el envío de los poemas de Carmen Nozal, espigados de su Poesía reunida, 1991-2021. México, 2021. Los cuatro poemas vienen de secciones de ese volumen tituladas “Poemas sueltos”, categoría que de algún modo es sustantiva en el itinerario de esta poeta. española avecindada o trasterrada en México.
Elsa Cross ha subrayado la orientación mística de su itinerario. Yo me limitaría a encarecer la forma en que su palabra se hace silencio y mirada, canto y contemplación. El lugar del canto, el espacio de la enunciación, se dibuja desde el misterio. Ese misterio ahonda y afirma, afina una voz en la que resuenan los ecos de la poesía del Siglo de Oro y de ciertos poetas que la han nutrido en secreto. Fernando Pessoa y San Juan de la Cruz. Minerva Margarita Villarreal, Andrei Tarkovski son algunas de las presencias que acotan este arte de cetrería espiritual practicado con limpieza por Carmen Nozal, la dichosa dicente de estas canciones susurradas como agua mansa que fluye en la noche.
Comentarios
Publicar un comentario