XI A mis hijas Y fuimos a volar papalotes aisladas en lo alto, hermosas niñas frescas corriendo en la pradera, con la risa entre guijarros junto al cántaro que el agua rebosaba. Y como el agua era el ímpetu que abría los gestos penetraba a campo iluminado para afianzar la vida un poco más y siempre en lo que fuimos, en lo que nos hacía partir y regresar como la cuerda tensa que jalaba el aire cada día. Y llegamos a un punto de la imaginación donde los ojos ven siempre lo que falta: un mar, aquel mar con sus olas inmensas recalando en medio de las algas y sobre la arena: peces, peces de varios colores cual hojas blanqueadas al abismo. Y como nuestro corazón retumbaba entre las voces de ese mar de vidrio trenzamos redes inmensas y brillantes, sábanas bajo la aurora de lo que nunca fuimos. Y encontramos la sed de quien golpea fuertemente y de quien mira aquellas cosas por pequeñas, de quien espera siempre una copa, un pedazo de pan entre las migas de un poema. Y ...
Blog donde el poeta César Guerrero Arellano recopila, para leer y consultar en la web, la selección diaria de poesía que el escritor Felipe Garrido distribuye por WA y por FB a una amplia red de personas.