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#2160 - OLVERA: Mayoría de edad | Platónica | Sexo casual | Éxtasis | Canción de amor | Intimidad | Sutil

 

Mayoría de edad

Promesas de sandía engalanan tu cuello;
un embrión de la luz titila, pecho adentro.
Esta noche eres la que serás todas las noches.
Conocerás el peso de labios inventando
dialectos en tu cuerpo.
Potranca vestida por la velocidad del viento,
bailas en torno a ti.
Te vas. Tu infancia dejó un desorden de huracán.
Tu memoria es un cangrejo que huye de sí mismo
y se acurruca en un túmulo, en la arena.
Memoria caracol.
Palabras en camino hacia el silencio.

Raquel Olvera (1966)


Platónica

Que al abrir la boca
surgiera el silencio, como un canto.
Dejáranse de oír el motor de los autos,
el barullo de la romería.
Que al pasar a mi lado
la fragancia de su movimiento
fuera el olor de la nada;
que al tocarme su mano
llenárase mi carne de vacío.
Que él hubiera no llegado al mundo,
y yo
tampoco.

Sexo casual

Me das una palabra que pesa sobre mi cuerpo
como si fuera tu cuerpo;
una palabra de saliva y dientes muerde mis
pezones,
y deshaciéndose en la boca rueda cuerpo abajo
y me devuelve el asombro
de un presagio cumplido
letra a letra.
Tus manos se estacionan en caminos
que no he de definir.
El calor de tu cuerpo me amodorra,
húmeda y sedienta despierto en un lago
de palabras obscenas.
Palabras que dibujan un racimo de puntos
suspensivos.
Y miras hacia mí,
como un ciego mira hacia la calle.

Éxtasis

Benigna blasfemia de tu lengua,
cabeza de avestruz en mitad de mi carne,
bizarra timidez puesta en escena.
Aquiétate un poquito en esta oscuridad
que me hace humilide, humildita, humaldita.
Resígnate al placer, deja que el humo ocupe
tu cabeza.
Mira cómo te prestas mórbido y delicado,
impúdico, divino, indefectible, eterno.
Asciendo a la cumbre cuando amanece.
Miro bajo mis pies las nubes.

Canción de amor

No toman juntos el té.
No van al cine.
No se acurrucan en el sofá
ni comparten la cena.
Él no le compra ropa
ni aretes
ni zapatos.
Ella no le cocina
ni remienda sus calcetines
ni recoge sus libros.
Y nunca tendrán un hijo.

Intimidad

Desnudo
el espejo sueña
que nadie lo ve.

Sutil

Entre usted y yo,
sólo la piel.

Raquel Olvera (1966)
La dulce queja.
De motu proprio, Puebla, 2013

2160 Un poema al día, para que quienes puedan se lo pongan encima y lo atesoren en la memoria.
1°-V-2023. Selección de Felipe Garrido.
Miguel Ángel Porrúa, editor; Academia Mexicana de la Lengua; Creadores Eméritos FONCA



Adolfo Castañón: Gracias por el envío 2159 este domingo 30 de abril del 2023. Trae en su carretilla varias muestras de la “Poesía de anticipación” recogidas de la antología Poesía de la poesía, editada por la Universidad de Guadalajara y el Fondo de Cultura Económica. El prólogo, de Ricardo Castillo --a quien marco copia-- titulado “Arturo Riva Sainz o la silenciosa divisa de su caminar secreto”. La Poesía de anticipación se encuentra en el centro de esa Poesía de la poesía, que consta de los siguientes apartados: Epístola I. Epístola II, Novela de aguas y hojas, Apóstrofos a la noche, Poesía de anticipación, Poesía cinética, Sonetos de sonetos, La esencia de la flor, Quise verme de cerca, Teoría de la jornada, Teoría del agro, Teoría de la danza, Teoría de la música, Teoría de la poética imposible, y Poema del poema.
Me he detenido en el índice del libro para sugerir al lector la amplitud de la caja musical en que están tensadas las cuerdas de estos poemas específicos cuyo asunto es la belleza, el amor, la contemplación, el canto y en última instancia el poema. Rivas Sainz era un lector y amigo de la poesía y de los poetas, como consta en Crítica: ensayos y reseñas reunidos en 2006 por Pedro Valderrama Villanueva, quien da cuenta de su cercanía a la revista Pan. Aparecen en ese libro páginas sobre Sor Juana, Enrique González Martínez. Alfonso Reyes, Ramón López Velarde, Octavio Paz, Alí Chumacero --amigo suyo--, Juan Rulfo, Alfonso Gutiérrez Hermosillo, así como diversas incursiones sobre la cuestión del filosofar. La contemplación de la naturaleza no estaba divorciada en Rivas Sainz de la reflexión, la meditación y acaso la plegaria. “Pajarera” podría funcionar como un buen lema para llamar a esta feliz entrega. Saludos a Ricardo Castillo y a Pedro Valderrama Villanueva. Gracias, querido Felipe, Un abrazo.

Bernardo Bátiz: La entrega 2159 es de un poeta de provincia, como antes se decía, de Guadalajara: Arturo Rivas Sainz, nacido muy al inicio del siglo XX. Tres poemas que leo tranquilamente, bajo las sábanas, con la luz de la lámpara del buró. Les busco tres adjetivos: musicales, descriptivos, amorosos. Los releo, y recojo lo que parece ser la descripción de un celaje visto desde la ventanilla del avión --yo que vuelo tanto--; una metáfora romántica que me habría gustado escribir: “…en mi alma se tamiza / la ráfaga del viento / y recojo los zumos del relente / en la nieve de luz de tu sonrisa.”

Ruth Levy V.: Cómo disfrutamos esos cuatro años de clases con el sabio, amable y sonriente don Arturo. Y luego las tardes sabatinas en su casa junto a su colosal biblioteca y la mirada sonriente de su Anita. Así siguió la relación: reuniones nocturnas en el ateneo Summa, hasta su muerte. Aprendimos muchísimo.

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