Mi abuela, Chopin y yo
Chopin creció en mis oídos antes que en mi lista de viajes. Mi abuela Lourdes lo adoraba. Por aquí está ella y una de sus pertenencias favoritas. Es un disco de acetato de Los grandes maestros de la música clásica, con polonesas, nocturnos, estudios y mazurkas. Pienso en ella mientras camino en Varsovia. Pienso en sus manos. Pienso sin pensarme. Pienso pensándola. La pienso y no me pienso. Algo de mí fue ella. Algo de ella seré yo. Algo, alguien.
Karen Villeda (Tlaxcala, 1985)
La iglesia de los huesos
Si hay que rezarle a alguien, con cierta fe, le rezaría a mis huesos.
O al peso de los huesos.
A la constitución que tanto preocupa a las personas y por la que desean o se trauman.
Es decir.
El osario en el que nos toca o corresponde vivir.
En eso estoy pensando dentro del Osario del Osuario de Sedlec.
También me digo a mí misma que no debo confundir la palabra osario con osuario, que es donde se guardan los restos.
El cuerpo es eso.
Un osuario en vida.
El esqueleto es eso.
Un osario en vida.
¿Y el rosario entre las manos del vigilante del Cementerio de Todos los Santos?
Karen Villeda (Tlaxcala, 1985)
Visegrado. Microensayos
literarios de Hungría,
Polonia, República Checa
Almadía, México, 2018
De Rangún
[Inédito]
Rangún
Esta es la historia gráfica
del miedo en el siglo xx.
En la pantalla,
unos subtítulos
pasan lista:
Dicen
que en el mar de Andamán
flotan cuerpecitos de dos personas,
once personas,
once personas y un niño,
once personas y un niño y doce personas más,
once personas y un niño y cien personas más,
once personas y un niño y cien personas más y cinco niños,
once personas y un niño y cien personas más y cinco niños menos,
once personas y dos mil ochenta y nueve personas menos,
once personas y dos mil ochenta y nueve personas dicen que en el mar flotan
once personas y dos mil ochenta y nueve personas
dicen que en el mar flotan
once personas y dos mil ochenta y nueve personas
dicen que.
Flotan, flotan acaso.
La muerte de los desconocidos
siempre nos engrandece.
Karen Villeda (Tlaxcala, 1985)
El Lejano Oriente en la poesía mexicana
Introducción / Selección / Glosario
de Elsa Cross
Universidad Autónoma de Sinaloa,
Universidad Nacional Autónoma de México.
Universidad Autónoma de Nuevo León
Vaso Roto Ediciones
Metepec, 2022
2166 Un poema al día, para que quienes puedan se lo pongan encima y lo atesoren en la memoria.
7-V-2023. Selección de Felipe Garrido.
Reacciones a la selección previa:
Adolfo Castañón: Querido Felipe. Gracias por la entrega 2165 de este 6 de mayo del 2023, fecha en que se recuerda el nacimiento de Sigmund Freud. Se entregan aquí textos en verso y en prosa, marcados por un un humor entre estoico y barroco, pero nunca cínico.
El primer poema borda o aborda sobre la disyuntiva entre el ser y la semejanza que revolotea como una polilla en torno a Dios, ese 'hoyo negro' de la significación y del sentido que sirve para dar la vuelta al mundo en menos días de lo que se piensa, Los otros dos poemas gravitan en torno a la idea y la realidad de la muerte. Son poemas 'necesarios' que nacen de la conciencia de la precariedad. No es fortuito que aparezca ahí citado el poeta brasileño Oswald de Andrade, aficionado a fatigar --en el sentido en que se dice que se fatiga una ensalada-- los temas de la muerte y de Dios. Estos textos se presentan como rituales, ceremonias, articulaciones llamadas a repetirse en el espacio y en el tiempo. En los entresijos de esa repetición se dibuja el rostro travieso del lector. Gracias a Hernán. Gracias querido Felipe. Van saludos solidarios y afectuosos.
Rosana Romo Pérez: Hernán Lavín Cerda: me conmueven sus textos. Si en estos tiempos obtuviéramos una foto de Dios estaría distorsionada y tendría lágrimas de cartón. Una humanidad carente de amor y respeto hacia el prójimo le daría una túnica de pellejos humanos. ¡Que levante la mano quién no haya sufrido una aberración de parte de otro! Yo la acabo de sufrir y llegué a pensar lo horrible que ha de sentir Dios, siendo Dios.
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