Danza propiciatoria
Apoyé la planta en el piso
cinco, seis veces,
y las diosas cantaron.
Aventuré una pirueta en el aire
y el universo giró en su centro.
Evoqué los cuatro nombres de la santa
y se encendieron los fuegos sagrados.
Repetí los mudras místicos
y el vacío se disolvió.
Pero no encuentro todavía
pasos, música, palabras o silencios
para que tú, amado,
como un ave,
vengas gozoso hacia mí.
Danza de la destrucción
No hemos tenido otra visión
que no sea la de la guerra
la de manos amarradas
vientres abiertos
y cabezas sin cuerpos
o resplandores agrios en las noches naranjas.
Pero los ciclos de las estrellas son largos
inimaginablemente
y las vidas de los hombres se cuentan en días
que para ellas son instantes.
¿Algún día
la diosa vendrá a abatir
a los que sirven a la muerte?
Sus manos, que se abren como un loto
hurgarán sus entrañas.
Diez brazos y diez armas
insondables
sobre el cosmos
tigre bengala negro.
Ilse Díaz, (Aguascalientes, 1985)
Las avenidas del cielo.
Muestrario poético de Aguascalientes y Guanajuato
Compilación de Benjamín Valdivia
Universidad Autónoma de Aguascalientes,
Metepec, 2018.
2239 Un poema al día, para que quienes puedan se lo pongan encima y lo atesoren en la memoria.
2-VIII-2023. Selección de Felipe Garrido.
Dicen los lectores
Ana Clavel: Buen día, querido Felipe. La última entrega contiene dos poemas de Peri Rossi, además del de Cortázar. Abrazos.
FG: Uno de los dos poemas de Peri Rossi se lo atribuí a Gloria Fuertes, ¿así es? Que me perdonen las tres: ellas dos y tú, Ana querida. Y todos los demás lectores. Mil gracias por tu observación. En la noche daré alguna explicación
No hay más explicación que mi torpeza. Los invito a que me ayuden a corregirla. ¿Cuál de los dos poemas está equivocadamente atribuido a Gloria Fuertes?
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