2244 Un poema al día, para que quienes puedan se lo pongan encima y lo atesoren en la memoria.
7-VIII-2023. Selección de Felipe Garrido. Y.G. 02
Miguel Ángel Porrúa, editor; Academia Mexicana de la Lengua; Creadores Eméritos FONCA
Te recuerdo, es sábado y el mundo descansa
Todo el dia tu voz se ha reclinado
en los pliegues de luz
que envuelven la mañana.
Todo el día,
un ir y venir de tonos y acentos,
un andar infinito de frases
silentes para el mundo,
encendidas dentro de mi cabeza.
La memoria es una llamarada,
privilegio de los que estamos vivos
y podemos tocar, así --sólo en instantes--l
as aguas profundas de la muerte sin mojar nuestras manos.
Dos ocasiones
escapó de la muerte
mi tío Pascual.
La segunda,
cuando huyó del cuartel
justo un dia antes de su fusilamiento.
La primera en 1918 --a los 17 años—
cuando la epidemia
andaba por la calle y lo eligió para bailar.
Decía que estuvo a punto de rendirse,
que su madre lo llevaba al jardín
tendido en un petate
esperando que la luz se apiadara de él.
Su vida ya habia sido
un tren de innumerables vagones
sobre rieles amargos como el óxido
cuando desanudaba sus historias
frente a cualquiera que deseara escucharlo.
Al terminar reia,
pero su carcajada alzaba el vuelo
con más dolor que triunfo.
A Sagrario
Pocos idiomas
tienen una palabra para nombrar
a una madre
cuyo hijo está muerto.
Si yo pudiera acuñar esa palabra
tendría el peso exacto de la roca
que golpea la nuca y descalabra.
Los bordes de un molusco,
discontinuos,
con ángulos filosos.
Mi palabra sería un taladro
cuya broca se hunde hasta rozar
la negrura perenne del fondo de la Tierra.
Irregular como una piedrita
que se clava en el ojo,
entra hasta su raíz
y lo devuelve convertido en guijarro.
Sonaría recia, rota, arrebatada
como el serrucho
que amputa un cuerpo a un cuerpo.
No tendria piedad en sus vocales
ni consonantes dóciles,
hablaría con un sonar de agujas.
Sería imposible pronunciarla
sin romperse los dientes,
sin ahogarse en la saliva.
Palabra rencorosa,
llovizna inacabable
sobre tierra anegada.
Aprieto bien las manos,
clavo las unas en sus palmas
y recuerdo
y sé que duele ser
eso que ni siquiera existe.
Nos queda el mar,
el azul infinito de los cuervos,
la sombra violenta de los árboles.
Aún hay anhelos madurando
en la huerta,
esperando la claridad
de los días por venir.
Nos quedan las canciones de amor
para espantar el frío
y --al caer la noche—
junto a la lamparita de buró,
la sombra en fuga de nuestros dedos
surcando el muro
en una migración de golondrinas.
Yanira García 02
Todo lo que imagino es un derrumbe.
Gobierno del estado de Puebla.
Cholula, 2022.
Dicen los lectores
Adolfo Castañón: Mucho te agradezco, querido Felipe, el envío de esta tercia milagrosa compuesta por la poeta hidalguense Yanira García, cuyo libro ''Todo lo que imagino es un derrumbe” ha sido editado por el Gobierno del Estado de Puebla, en Cholula, en 2022.
La tercia de muestras sugiere hasta qué punto la autora está arraigada en el mundo de sus antepasados. El primer poema está dedicado al bisabuelo, el segundo a la abuela, el tercero parecería contradecir esas raíces y hace de la caída perpetua, el derrumbe, una suerte de poética o de arte de vida-
El ritmo es decisivo en estas composiciones. El número 7 y su doble, el 14, alzan un arpa eufónica que deja al lector con deseos de seguir oyendo esos acordes. En el segundo poema, el dedicado a la abuela, el lector vuelve a encontrar la gripa española, pero vuelve a encontrar también a la madre de la abuela de misterioso nombre. A los tres poemas los recorre, como un piano que acaricia un teclado, el tiempo, la conciencia del río que hace de la conciencia un punto de referencia en medio del derrumbe. Y en todos los rincones de estos palacios de letras, se oye destilar la esencia de la Cábala. Gracias a la poeta que al salvar del derrumbe sus recuerdos salva al lector de la cascada ubicua y envolvente de la historia universal.
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