Soñé que tú me llevabas
Soñé que tú me llevabas
por una blanca vereda,
en medio del campo verde,
hacia el azul de las sierras,
hacia los montes azules,
una mañana serena.
Sentí tu mano en la mía,
tu mano de compañera,
tu voz de niña en mi oído
como una campana nueva,
como una campana virgen
de un alba de primavera.
¡Eran tu voz y tu mano,
en sueños, tan verdaderas!...
Vive, esperanza ¡quién sabe
lo que se traga la tierra!
Antonio Machado (1875-1939)
Poesías completas.
Editores Mexicanos Unidos
México, 1994 (1ª reimp.).
La casa vacía
Yo recuerdo una casa que he dejado.
Ahora está vacía.
Las cortinas se mecen con el viento,
golpean las maderas tercamente
contra los muros viejos.
En el jardín, donde la hierba empieza
a derramar su imperio,
en las salas de muebles enfundados,
en espejos desiertos
camina, se desliza la soledad calzada
de silencioso y blando terciopelo.
Aquí donde su pie marca la huella,
en este. corredor profundo y apagado
crecía una muchacha, levantaba
su cuerpo de ciprés esbelto y triste.
(A su espalda crecían sus dos trenzas
igual que dos gemelos ángeles de la guarda.
Sus manos nunca hicieron otra cosa
más que cerrar ventanas.)
Adolescencia gris con vocación de sombra,
con destino de muerte:
las escaleras duermen, se derrumba
la casa que no supo detenerte.
Rosario Castellanos (1925-1974)
Obras, tomo II. Poesía, teatro, ensayo.
FCE, Madrid, 1974.
Morir soñando
Au fait, se disait-il a lui-même, il parait que
mon destin est de mourir en rêvant.
(Stendhal, Le Rouge et le Noir, LXX,
«La tranquillité»)
Morir soñando, sí, mas si se sueña
morir, la muerte es sueño; una ventana
hacia el vacío; no soñar; nirvana;
del tiempo al fin la eternidad se adueña.
Vivir el día de hoy bajo la enseña
del ayer deshaciéndose en mañana;
vivir encadenado a la desgana
¿es acaso vivir? ¿y esto qué enseña?
¿Soñar la muerte no es matar el sueño?
¿Vivir el sueño no es matar la vida?
¿A qué poner en ello tanto empeño?:
¿aprender lo que al punto al fin se olvida
escudriñando el implacable ceño
–cielo desierto- del eterno Dueño?
Miguel de Unamuno (1864-1936)
Poesías.
Cátedra, Madrid, 2001.
2033 Un poema al día, para que quienes puedan se lo pongan encima y lo atesoren en la memoria.219-XII-2022. Selección de Felipe Garrido.
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