Gaspar, Melchor, Baltasar,
la estrella nos lleva a su Dueño,
a sombra de tierra el altar.
El acebo eriza sus hojas
—a la luna brilla el verdor—
abroquela mazorcas rojas;
Gaspar, Baltasar, Melchor.
5 de diciembre, 1929.
Miguel de Unamuno (1864-1936)
Navidad en el Hudson
¡Esa esponja gris!
Ese marinero recién degollado.
Ese río grande.
Esa brisa de límites oscuros.
Ese filo, amor, ese filo.
Estaban los cuatro marineros luchando con el mundo.
Con el mundo de aristas que ven todos los ojos,
Con el mundo que no se puede recorrer sin caballos.
Estaban uno, cien, mil marineros
luchando con el mundo de las agudas velocidades,
sin enterarse de que el mundo
estaba solo por el cielo.
El mundo solo por el cielo solo.
Son las colinas de martillos y el triunfo de la hierba espesa.
Son los vivísimos hormigueros y las monedas en el fango.
El mundo solo por el cielo solo
y el aire a la salida de todas las aldeas.
Cantaba la lombriz el terror de la rueda
y el marinero degollado
cantaba al oso de agua que lo había de estrechar;
y todos cantaban aleluya,
aleluya. Cielo desierto.
Es lo mismo, ¡lo mismo!, aleluya.
He pasado toda la noche en los andamios de los arrabales
dejándome la sangre por la escayola de los proyectos,
ayudando a los marineros a recoger las velas desgarradas.
Y estoy con las manos vacías en el rumor de la desembocadura.
No importa que cada minuto
un niño nuevo agite sus ramitos de venas,
ni que el parto de la víbora, desatado bajo las ramas,
calme la sed de sangre de los que miran el desnudo.
Lo que importa es esto: hueco. Mundo solo. Desembocadura.
Alba no. Fábula inerte.
Sólo esto: desembocadura.
¡Oh esponja mía gris!
¡Oh cuello mío recién degollado!
¡Oh río grande mío!
¡Oh brisa mía de límites que no son míos!
¡Oh filo de mi amor, oh hiriente filo!
New York, 27 de diciembre de 1929.
Federico García Lorca (1898-1936)
1570 /
"Felices ustedes los pobres, porque de ustedes es el Reino de Dios. Felices ustedes, los que ahora tienen hambre, porque serán saciados. Felices ustedes, los que lloran, porque reirán." Lucas, VI, 21.
Melchor, Gaspar, Baltasar;
tres magos, Baltasar negro;
noche negra, van los magos;
y el negro mirando al cielo;
de las estrellas se ríe,
y la blanca luna, espejo,
se le ríe, se le ríe,
y el Niño al ver mago negro
se echa a reír y su risa
mece al pesebre del cielo;
risa pura, luna llena,
funden las nieves del suelo.
Conquistarán nuestra tierra
con risa pura los negros;
con risa que es sólo risa;
Dios les aguarda riendo;
magia de risa les cría,
negra noche, Dios sin ceño.
Dichosos los que se ríen,
que dormirán sin ensueños.
5 de enero, 1931.
Miguel de Unamuno (1864-1936)
Obras completas V. Cancionero. Poesías sueltas. Traducciones.
Madrid, Biblioteca Castro, 2002.
Nacimiento de Cristo
Un pastor pide teta por la nieve que ondula
blancos perros tendidos entre linternas sordas.
El Cristito de barro se ha partido los dedos
en los tilos eternos de la madera rota.
¡Ya vienen las hormigas y los pies ateridos!
Dos hilillos de sangre quiebran el cielo duro.
Los vientres del demonio resuenan por los valles,
golpes y resonancias de carne de molusco.
Lobos y sapos cantan en las hogueras verdes
coronadas por vivos hormigueros del alba.
La Luna tiene un sueño de grandes abanicos
y el toro sueña un toro de agujeros y de agua.
El niño llora y mira con un tres en la frente,
San José ve en el heno tres espinas de bronce.
Los pañales exhalan un rumor de desierto
con cítaras sin cuerdas y degolladas voces.
La nieve de Manhattan empuja los anuncios
y lleva gracia pura por las falsas ojivas.
Sacerdotes idiotas y querubes de pluma
van detrás de Lutero por las altas esquinas.
New York, 1929.
Federico García Lorca (1898-1936)
Obras completas.
Recopilación y notas de Arturo del Hoyo.
Prólogo de Jorge Guillén.
Epílogo de Vicente Aleixandre.
Aguilar, Madrid, 1960.
2048 Un poema al día, para que quienes puedan se lo pongan encima y lo atesoren en la memoria.5-I-2023. Selección de Leonor Garrido / Felipe Garrido.
Miguel Ángel Porrúa, editor; Academia Mexicana de la Lengua; Creadores Eméritos FONCA
Imagen vía Pixabay |
Reacciones a la selección de ayer:
Margarita Palacios: Gracias por estos reyes (en las entregas 2047 y 2049) que viven en los niños. La algarabía del zapato, la carta convincente sobre la buena conducta que nos hacía merecedores del regalo y la visita. La mañana siguiente con cajas de colores que albergaban sorpresas y deseos cumplidos. Y el momento cumbre: leer la respuesta a nuestra carta, que era la prueba de su visita. En la entrega 2049 el tema central es una carta a los Reyes mandada fuera de tiempo, y en la 2047 un rey sin corona camina y se acomoda en el Nacimiento por su cuenta ante asombrados testigos que nunca lo movieron.
Yo conservo muchas de las cartas que me dejaron, y de vez en cuando tomo alguna y la vuelvo a leer. Son un montón. Dejé de recibirlas cuando papá falleció.
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