Sismé
Con las llamas de nostálgico deseo
en los ojos infinitamente arcanos,
Sismé sueña en su país, en los lejanos,
claros cielos que dejó tras el Pireo.
Cómo brillan las sortijas de sus manos
cuando ahí en la soledad del gineceo,
hace trizas un precioso camafeo
sobre un mármol que sustentan dos silvanos.
De repente, se ilumina de alegría
su semblante: por la quieta galería,
precedido de una hermosa esclava nubia
y de pálidos eunucos, viene el rey…
y Sismé deshebra, riéndose, la rubia
cabellera con sus peines de carey.
Rafael López (1873-1943)
El Mundo Ilustrado, junio de 1905.
Salomé
El sacro ritmo de la danza marca,
en la cintura, un junco que se quiebra:
en el torso, un gran lirio que se enarca,
y en los flancos, el anca de la cebra.
Ardiente el ojo inmóvil del tetrarca,
en la armoniosa ondulación se enhebra
y enturbia su cristal, como la charca
cuyo fondo agitara una culebra.
En la fiebre divina que la impulsa,
Salomé es una ménade convulsa;
danza con el furor de la bacante
que azota el dios en el antiguo coro,
hasta que por la sangre pululante
de Juan, resbalan sus talones de oro.
Rafael López (1873-1943)
Revista Moderna de México, enero de 1906.
Huelen tus dieciocho años
Huelen tus dieciocho años a mejorana,
en las mejillas tienes rosas de abril
y en tus labios untados de miel y grana,
el engaño se oculta como un reptil.
Tus ojos, con la piedra de la obsidiana,
aguzan dos venablos en tu perfil.
Y eres blanca y jugosa como la ananá,
y como el oro, bella, preciosa y vil.
Al mirar el gusano tras de la vana
mariposa brillante de alas de añil,
más esclava que nunca, la bestia humana
avanza su monstruoso belfo febril,
a tus años, que huelen a mejorana,
a tus mejillas –frescas rosas de abril.
Rafael López (1873-1943)
“Las tres gracias”, Revista Moderna
de México, enero de 1906.
La Venus de la Alameda
Antología de Rafael López
Prólogo, selección y notas
de Serge I. Zaïtzeff
Secrtaría de Educación Pública,
México, 1973. SepSetentas 77.
2082 Un poema al día, para que quienes puedan se lo pongan encima y lo atesoren en la memoria. 10 -II-2023. Selección de Felipe Garrido.
Adolfo Castañón: Gracias por la entrega 2081 de “Un poema al día” este 9 de febrero. Fecha de significativa memoria para Alfonso Reyes, pues en 1913 cayó su padre, Bernardo, el general. El envio trae tres poemas del laureado sevillano, muerto en Puebla, Gutierre de Cetina. Uno de los poetas más ampliamente representados en el cancionero novohispano del siglo XVI titulado Flores de baria poesía, cuyo prólogo y edición crítica se deben a nuestra querida maestra y amiga Margarita Peña, quien fuera esposa de Federico Campbell y madre de Federico Campbell Muñoz. Flores de baria poesía está dedicado a Ernesto Mejia Sánchez, “a mi hijo Federico y a Camila”. Fue publicado en México, en 2004, y un día me tocó ser testigo de cómo Mejia Sánchez hablaba viva y entusiastamente de la edición que hizo nuestra maestra y amiga. El Cancionero es el rescate de un manuscrito olvidado de gran importancia. pues circuló ampliamente en Nueva España. La poesía de entonces estaba marcada por la influencia de la cultura italiana, como hace ver la voz misma madrigal, que proviene del italiano, de madriale, mandriale, pastor, y éste de mandria, mandra, del latín mandra, majada. De Gutierre de Cetina, prácticamente sólo se ha rescatado lo que recogió Margarita de la Peña en este cancionero.
Alfonso Reyes dice que “Gutierre de Cetina --cuya gloria pende de un madrigal, afortunado resumen de su poesía-- apenas alude a América dos veces […] en su ensayo humorístico “Paradoja en alabanza de los cuernos: los cuernos como parte del atavío indígena, y el nombre de Cuernavaca” que piede leerse en Letras de la Nueva España, en el tomo XII, p. 336 de sus Obras completas. A los poemas de Gutierre de Cetina los alza la brisa leve de su ritmo. Pedro Henriquez Ureña menciona varias veces versos suyos ´para ilustrar el lujo de su endecasílabo. Los diez versos del madrigal aqui transcrito han sido memorizados, recitados, copiados y parafraseados a lo largo de la historia. En You Tube se pueden encontrar versiones y adaptaciones cantadas de este poema que ha atravesado impecablemente los siglos y las redes. Gracias, querido Felipe. Van saludos afectuosos
Manuel Santos Garrido: Me impresiona cómo la atropellada sucesión de prguntas con que abre el primer soneto de Gutierre de Cetina sirve para resaltar la desesperación del poeta y su convencimiento de que ha buscado en “cuanto se puede ver debajo el suelo”, en todo cuanto le es dado ver a su derredor.
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