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#2111 - VILLARREAL: [Nervioso y tenso...] | [Los muertos nos siguen el paso...] | [Hoy, domingo 30 de diciembre...] | [Las montañas suben al cielo...]


NERVIOSO Y TENSO
como un colibrí.
No,
más nervioso y tenso
como quien lo ve
tras la ventana.

José Javier Villarreal (1959)


LOS MUERTOS NOS SIGUEN EL PASO,
se tardan, pero llegan.
A veces su visita es fugaz,
un instante, tan sólo una mirada.
Pero otras, permanecen,
nos toman afecto
y deciden quedarse, hacernos la vida.
A fuerza de convivir
se vuelven imprescindibles,
toman las decisiones importantes
y pasamos a depender de ellos.
Cuidamos de sus gestos, del tono de su voz,
del brillo de sus ojos.
Si no están
nos sentimos vacíos,
no sabemos bien a bien qué hacer;
vagamos como sombras,
vamos a la deriva.
El día se nos vuelve noche
y la casa un mar cuyas olas amenazan
con el naufragio.
Pero llegado el momento
aparecen y nos guían con su luz,
nos llevan a puerto seguro.
El día vuelve a ser el día
y la casa un sitio donde habitar.
Dependemos de ellos,
de sus frases, de sus caricias, de sus silencios.
A mitad de la noche despertamos
pero ellos están quietos.
dormidos, a nuestro lado.
Al mediodía esperamos contar con su presencia.
Sin embargo, a veces, se ausentan,
pero sabemos que volverán
y este conocimiento, esta certeza,
nos permite pasear bajo los árboles,
comer solos en alguna cafetería,
hacer planes que, al final del día, no realizamos.
Cuando vuelven nos sentimos seguros, protegidos.
Tal vez no lo expresamos,
tal vez lo hacemos de manera insuficiente;
pero vuelven, están de nuevo a nuestro lado.
Nuestra lógica no es la de ellos,
y nuestras necesidades tampoco.
Los días pasan y la tierra no cesa de girar,
La teoría de la relatividad se ve desplazada por la del caos
y cada vez nos volvemos más frágiles y más dependientes.
Los días son más largos y las noches más lentas
y la certeza de su regreso cada vez más incierta.
Los muertos son así como imágenes brillantes
que nos hacen la vida.

José Javier Villarreal (1959)


HOY, DOMINGO 30 DE DICIEMBRE,
estoy en mi casa contemplando cómo se seca el piso
después de una fuga de agua.
La fuga se debió a que la tuerca del alimentador
no soportó la presión
después de uno, dos, tres años,
después de tantos sueños y proyectos,
de tantas tentativas y fracasos.
Hubo plantas que se helaron,
muros que desaparecieron
y paredes que se alzaron.
Muchas cosas pasaron en tres años,
otras dejaron de pasar
y otras nunca pasarán.
El agua, en el piso, comienza a desaparecer.
El piso se ve más brillante,
el peligro ha pasado,
el accidente ha sido reparado.
Mañana es día último y es lunes,
el día primero será martes,
la tuerca del alimentador será nueva,
la presión volverá a ejercer sus condiciones,
otros proyectos y sueños,
otros logros y fracasos harán su aparición.
Hoy es domingo 30 de diciembre
y estoy en mi casa
viendo cómo se seca el piso
después de una fuga
que dio por concluido este año,
este tiempo de espera.
José Javier Villarreal (1959)


LAS MONTAÑAS SUBEN AL CIELO,
el cielo desciende y humedece mi cabello.
Pero no es cierto.
Esto lo escribo sobre una mesa
en una pequeña habitación donde las paredes y el techo
se van juntando, se van cerrando.

José Javier Villarreal (1959)
Una señal del cielo.
Sello Editorial. Universidad de
Concepción, Hualpén, 2017.


Ayer, en su lectura estatutaria ante el pleno de la Academia Mexicana de la Lengua, habló sobre esto, de manera espléndida, doña Rosa Beltrán

2111 Un poema al día, para que quienes puedan se lo pongan encima y lo atesoren en la memoria. 11-III-2023. Selección y notas de Felipe Garrido.
Miguel Ángel Porrúa, editor; Academia Mexicana de la Lengua; Creadores Eméritos FONCA


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