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#2228 - NAVAGÓMEZ: Bosquejo de abandonos | Nostalgia de luciérnagas | Raíces de mangle

 

Bosquejo de abandonos

Entro a un patio de enjutos varejones:
se derrumba la casa
que habitó la memoria
ante cuatro paredes carcomidas.
Bosquejo de abandonos.
¡Qué tristeza del árbol sin columpio...!
Seco musgo en los vidrios
borda polvo mi hogar.
Los rincones trasminan telarañas.
Sorprendidos,
cubren su desnudez con ambas manos
los fantasmas.
No sé qué platicarle a esta casa
--antes tan mía--
que ya no huele a pan ni a travesura.
No sé dónde buscar
el sabor del almuerzo
y el ruido del metate.
El olvido me muestra su heredad.
Ha llovido en mi rostro
y continúa la lluvia sobre tejas de barro.
Tras la ventana
un sol en diagonal pule la cordillera
resplandecen los plátanos
entre un tierno verdor de hojas rasgadas.
Eclipsa la luna en mi corazón.
Lentamente desprendo los recuerdos
y ajusto remembranzas.
Con las manos
con los ojos pegados a la angustia
permito que la noche me traspase.

Queta Navagómez (Bellavista, Nayarit, 1954)



Nostalgia de luciérnagas

Duerme mi madre en una tierra ajena.
Cosecha nomeolvides
bajo montes de un sepia funerario.
Ya no pudo volver
quien herida partió...
Y mi pueblo continúa guardando
jirones de su acento,
el vuelo de su falda,
los ecos de su prisa.
La esconde entre sus muros,
le da abrigo en su iglesia,
le permite rezar
a la luz compasiva de los cirios.
Terminó para ella
la torridez de marzo
sangrando en buganvilias.
Sin sus labios en vano fructifican aguamalas.
¿Padecerá nostalgia de luciérnagas?
¿Extrañará en agosto
los minutos del grillo?
Persigo su fantasma
para untarme sus manos.
Como sol veraniego
al borde de la plaza su imagen se entretiene,
enciende clavellinas,
desparrama gardenias,
hace danzar al agua
y en muros de salitre se disuelve.

Queta Navagómez (Bellavista, Nayarit, 1954)



Raíces de mangle

Tercas y enmarañadas
de las aguas emergen
las raíces del mangle
aferrándose
--como mis pensamientos—
al ritmo del estero.
Con oídos de junco,
de marisma y pantano,
escucho en vibrante tamborileo
mi verdoso corazón de madera
y al trópico me abrazo
para forjar destinos.
Regreso a mis orígenes,
a mi ombligo y mis playas.
Soy raíz
tallo
brote
anudado a los mangles.
Mi ramaje de venas
se confunde en sus tallos.
Manglar
amárrate a mis huesos
seamos nido de garzas,
seamos nidos del sol.
Con raíz tallo brote
yo me afianzo a tu carne,
nos hermana
la necia compulsión de asir el suelo
--tórrida exuberancia—
en que abrimos la vida.

Queta Navagómez (Bellavista, Nayarit, 1954)
Raíces de mangle
Primer lugar nacional del
VIII Concurso de Poesía del Pitic
y Reconocimiento Alonso Vidal
Instituto Municipal de Cultura y Arte,
Hermosillo, México, 2009.

2228 Un poema al día, para que quienes puedan se lo pongan encima y lo atesoren en la memoria.
10-VII-2023. Selección de Felipe Garrido.
Miguel Ángel Porrúa, editor; Academia Mexicana de la Lengua; Creadores Eméritos FONCA


Reacciones a la selección previa:

Adolfo Castañón: Gracias por la entrega 2777 de este domingo 9 de julio de 2023, dedicada a Rafael López, de quien se transcribe el poema “Crónica”, publicado en 1912 y luego recogido en La Venus de la Alameda por Serge Zaitzeff en 1973. en la Colección SepSetentas. El poema es una celebración de la fiesta brava. Está dividido en ocho tiempos que siguen los pasos de la corrida. La composición es un tour de force que mucho habría celebrado el poeta Alí Chumacero, cuyo aniversario se recuerda hoy. Proeza verbal que traza a la par una microhistoria del toreo y brinda en su corto espacio una guia léxica del lenguaje taurino. El poema de Rafael López podría alternar con versos de Manuel Machado y Federico García Lorca en una muestra de tauromaquia literaria que para algunos autores como el surrealista Michel Leiris es un blasón y un emblema de la literatura considerada como una de las artes del saber morir. Va una reverencia como la que hace el torero al toro vencido. antes de saludar al público.
Bernardo Bátiz: “El sin par Califa” inspirador del autor de La Bestia de Oro, hoy sería señalado como torturador de animales “sintientes”, por los buscadores de causas facilonas. La fiesta brava, “Resuena el clarín / redobla el tambor”, arena, sol, “la tarde como una andaluza”. El Califa de León “, la sangre criolla”, poesía con el toro, el torero, la antigua tradición que los pusilánimes quieren abolir. Gracias a la faena del maestro Garrido podemos disfrutar “navarras, recortes, verónicas”, y la estampa del toro que hace soñar a “una morena con hondos ardores” en Pasifae.
Elisa Josefa Hernández Aréchiga: Este poema de Rafael López, cuyos atributos ya ha mencionado el maestro Bátiz, me recordó a mi abuelo materno y a sus amigos que en extensas y animosas tertulias declamaban poemas similares, hablaban de la fiesta brava y luego de política. A los niños nos estaba prohibido acercarnos, escucharlos… y quien se atreviera a intervenir se ganaba que la abuela le lavara la boca con jabón. Pero valía la pena el castigo a cambio de participar y disfrutar de las palabras puestas en versos y en apasionados debates. En Monterrey hay personas de mi generación que reviven tertulias similares en espacios culturales, en modestos cafés de larga tradición, frente al aplastante avance del espectáculo de eventos masivos y nocivos para el medio ambiente, que reducen a los asistentes a consumidores. No hay ya a quien lavarle la boca con jabón.
Fernando Murrieta: Los domingos por la tarde mi padre nos convocaba religiosamente a escuchar la Fiesta Brava por la W… momentos que disfrutamos plenamente en familia.

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