Anotaciones sobre una exposición
Sala 1. El colibrí
Un colibrí es la memoria de las tardes
que se levantan a perpetuidad.
Frágil,
iluminado
como una lágrima.
Un colibrí no soporta la jaula.
Pertenece a la luz,
al aire, milenariamente
dormido entre sus alas.
Un amor roto por el medio
es una jaula.
Huyen mis sueños,
mi rebeldía.
Y nadie se ha preocupado
por detenerme.
Sala II. Paisajes
¡Tiempo! ¡Oh, tiempo! Todo el tiempo
que es tuyo, que hubiera sido tuyo…
Henri Michaux
con las caricias
ya te habías ido por entre mis piernas.
Y la memoria
y los crepúsculos
en densa caída.
El amor fue una locura.
El color dice más que el gesto
en oblicua falsedad.
Sea del cabello
o de la blusa disimulando
la perforación del ombligo.
No miente. Descifra los bordes,
el hechizo de las huellas,
el transcurrir cobrizo de la edad.
El color del mar, de la flor o la noche
es uno solo,
aun para los ojos del ciego.
Se mezcla. En la profundidad de la existencia
hay objetos lentamente decolorándose.
En el fondo, la ciudad es agua.
Casas y luces en nítida aparición.
Al frente, los barcos
rasgan tibiamente el lienzo de la noche.
Y la pareja,
ésta –en disimulado beso–,
avanza directo a la comisura.
Sala III. Diálogos
Corre por sus venas
un diálogo
(fluidas palabras, ritmos
–en su boca–,
se imantan en nombre de la creación).
El escenario es demasiado pequeño.
Extiende los brazos.
(Tras de sí: nubes, montañas, aves,
rocas, un amanecer,
hombres y mujeres cuervo.)
El universo nunca
fue tan brillante.
¿Quién es dios, terminados los aplausos
y las emociones?
Sala IV. Reflejos
homenaje a Paul Klee
Se estremece, se estira
–murmullo de agua–.
Afuera
(los bañistas dejan sobre la playa
su estela de desmedidos cuerpos),
el cielo es un lienzo
de trazos,
misterios
de fina pulcritud.
Imposible acariciarlo.
Sólo el pez,
con su perfil de ave,
rompiéndolo.
A la manera de Jackson Pollock
(haré la prueba
y sé que ustedes pueden hacerla),
dejo caer sobre la tela puntos de luz.
En el impulso, veo unos ojos
que no miran, una cabeza
como si fuese una montaña.
Veo un tren, un horizonte
de paraguas olvidados.
(Si quieren verdaderamente
sorprenderse, hagan la prueba.)
En el amanecer, un nuevo paraíso:
plastas, solamente plastas,
sin pertinencia, sin filiación.
Nadia Contreras (1976)
Presencias
Mantis Editores
Luis Armenta Malpica
Guadalajara, 2008
1890 Un poema al día, para que quienes puedan se lo pongan encima y lo atesoren en la memoria.
21-VII-2022. Selección de Felipe Garrido.
Miguel Ángel Porrúa, editor; Academia Mexicana de la Lengua; Creadores Eméritos (INBAL)
21-VII-2022. Selección de Felipe Garrido.
Miguel Ángel Porrúa, editor; Academia Mexicana de la Lengua; Creadores Eméritos (INBAL)
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