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#1963 - PELLICER: Sonetos fraternales | Esta barca sin remos es la mía

 

Sonetos fraternales

“Hermano Sol”, nuestro padre San Francisco
A Jaime Sabines
I
Hermano Sol, cuando te plazca, vamos
a colocar la tarde donde quieras.
Tiene la milpa edad para que hicieras
con puñados de luz sonoros tramos.
Si en la última piedra nos sentamos
verás cómo caminan las hileras
y las hormigas de tu luz raseras
moverán prodigiosos miligramos.
Se fue haciendo la tarde con las flores
silvestres. Y unos cuantos resplandores
sacaron de la luz el tiempo oscuro
que acomodó el silencio; con las manos
encendimos la estrella y como hermanos
caminamos detrás de un hondo muro.
II
Hermano Sol, si quieres, voy mañana
a esperarte en la sombra. Tengo el canto
que prefieres, y el cielo que levanto
desde mi pecho, te sabrá a manzana.
Quiero estar junto a ti. De ti dimana
la energía de todo lo que planto.
Tu tempestad de luz busco y aguanto
con limpia desnudez y abierta gana.
Y fui desde la ceiba que da vuelo
hasta el primer escalafón del cielo.
Canté y mi voz estremeció mi muerte.
Hermano Sol: para volver a verte,
ponme en los ojos la humildad del suelo
para que suban con tu misma suerte.
III
Fraternidad solar, uva y espiga;
con el vino y el pan tendí la mesa.
Comenzaba la noche de una ilesa
jornada a toda suerte flor y amiga.
¡A cuánto amor el corazón obliga!
Con la frente divina su sorpresa
divina da la noche, y se profesa
con lirios la lealtad a sol y a hormiga.
Hermano Sol: mi sangre es caloría
de tus entrañas que el Poder Divino
concretó lentamente un ancho día.
Si quieres, a la puerta de mi casa
voy a esperarte. Beberás el vino
y comerás el pan. Enciende y pasa.
Las Lomas, 29de agosto de 1948

Carlos Pellicer (1897-1977)



Esta barca sin remos es la mía


Esta barca sin remos es la mía.
Al viento, al viento, al viento solamente
le ha entregado su rumbo, su indolente
desolación de estéril lejanía.
Todo ha perdido ya su jerarquía.
Estoy lleno de nada y bajo el puente
tan solo el lodazal, la malviviente
ruina del agua y de su platería.
Todos se van o vienen. Yo me quedo
a lo que dé el perder valor y miedo.
¡Al viento, al viento, a lo que el viento quiera!
Un mar sin honra y sin piratería,
excelsitudes de un azul cualquiera
y esta barca sin remos que es la mía.
Villahermosa, mayo de 1952.

Carlos Pellicer (1897-1977)
Poesía completa, volumen II
Edición de Luis Mario Schneider
y Carlos Pellicer López
Conaculta, UNAM, El Equilibrista,
México, 1996.


1963 Un poema al día, para que quienes puedan se lo pongan encima y lo atesoren en la memoria.
10-X-2022. Selección de Josué Ramírez / Felipe Garrido.
Miguel Ángel Porrúa, editor; Academia Mexicana de la Lengua; Creadores Eméritos (INBAL)

Imagen: César Guerrero Arellano
San Francisco de Campeche, 22 de abril de 2010


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