Mujer en el vano de una puerta en un día claro y vacío
La mujer en el
vano de una puerta, en un día claro y vacío,
mira pasar de
largo al tiempo, sin tomarla en cuenta,
alta y sensual
bajo el vestido rojo,
como sus labios.
Si alguien
filmara su vida, piensa,
llegarían hombres
a pedir un vaso de agua o a buscar trabajo,
pero su vida no
es digna de una película.
Por si las dudas,
en su soledad,
repasa gestos,
coquetea con el aire,
se imagina muerta
de risa.
(Su abuela dice:
nada más peligroso que un hombre
que hace reír a
las mujeres.)
La mujer en el vano de una puerta, en
un día claro y vacío, desespera.
Cruza los brazos
para sentir el peso de sus senos.
¿Para qué tanta
luz, para qué este aire dulce?
Se escuchan pasos
y ella se esconde.
Desea tanto a un
hombre que cierra los ojos.
El desconocido ni
siquiera la nota.
Los pasos se
alejan y duele cada vez más su lejanía,
Ella muerde su
labio triste aunque sabe que él ya no puede mirarla.
Beatriz Novaro (1953)
Desde una banca del
parque
Conaculta, México, 1998
1965 Un poema al día, para que quienes puedan se lo pongan encima y lo atesoren en la memoria.
12-X-2022. Selección de Felipe Garrido.
Miguel Ángel Porrúa, editor; Academia Mexicana de la Lengua; Creadores Eméritos (INBAL)
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