Eros
Eros me da el porqué de su existencia:
porque saber amar es arte y ciencia
muy lejos de cualquier extraño morbo.
Es un éxtasis real de sorbo en sorbo
que paladea fiel nuestra conciencia
y no a todos alcanza su presencia
esta magia sutil en que me absorbo.
No se puede vivir sin erotismo,
viene del más allá como mandato,
mueve células, raro mecanismo
que se transforma en goce de inmediato;
un artilugio fértil de sí mismo
porque es contra natura el celibato.
¿Por qué tú?
Eros me dio la voz de estos sonetos,
el griego dios que ha sostenido al mundo.
No hubiera humanidad si el dios profundo
no tuviera mil trampas y amuletos.
Todos hemos caído en sus secretos
y en parejas, tal vez en un segundo
hemos sentido el toque tremebundo
que nos sacude el sexo en sus decretos.
Y no sabemos qué nos convulsiona,
qué incógnita nos mueve hasta los huesos
qué elección nos impulsa y nos cuestiona
para que fueras tú, no aquéllos ni ésos,
únicamente tú, no otra persona,
para que disfrutaras mis excesos.
Desde entonces
Qué noche inolvidable de aquel día.
Desde entonces me siento liberada,
por tu luz para siempre iluminada
y arropada en tu sombra y alegría.
Yo sola sé cómo eres una guía
que me llegó esa noche atormentada.
Desde entonces te sirvo de morada
y eres huésped eterno en mi crujía.
Como corre la luz en caña hueca,
corre por mis espaldas calofrío
porque tu carne con la mía se trueca
y tu ansiedad se funde en mi vacío
como si fuera yo una tierra seca,
como si fueras tú mi primer río.
Griselda Álvarez (1913-2009)
Erótica
Tercera edición, Miguel Ángel
Porrúa, México, 2005.
2003 Un poema al día, para que quienes puedan se lo pongan encima y lo atesoren en la memoria.
21-XI-2022. Selección de Héctor Anaya / Felipe Garrido.
Miguel Ángel Porrúa, editor; Academia Mexicana de la Lengua; Creadores Eméritos (INBA).
Comentarios
Publicar un comentario