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#2053 - MISTRAL: Decálogo del artista | BÉCQUER: Rima XXIX

 

Decálogo del artista

I. Amarás la belleza, que es la sombra de Dios sobre el Universo.
II. No hay arte ateo. Aunque no ames al Creador, lo afirmarás creando a su semejanza.
III. No darás la belleza como cebo para los sentidos, sino como el natural alimento del alma.
IV. No te será pretexto para la lujuria ni para la vanidad, sino ejercicio divino.
V. No la buscarás en las ferias ni llevarás tu obra a ellas, porque la Belleza es virgen, y la que está en las ferias no es Ella.
VI. Subirá de tu corazón a tu canto y te habrá purificado a ti el primero.
VII. Tu belleza se llamará también misericordia, y consolará el corazón de los hombres.
VIII. Darás tu obra como se da un hijo: restando sangre de tu corazón.
IX. No te será la belleza opio adormecedor, sino vino generoso que te encienda para la acción, pues si dejas de ser hombre o mujer, dejarás de ser artista.
X. De toda creación saldrás con vergüenza, porque fue inferior a tu sueño, e inferior a ese sueño maravilloso de Dios que es la Naturaleza.

Gabriela Mistral (1889-1957)
Poesía religiosa
Presentación de Pedro Pablo Zegers
ProCultura, Santiago, 2012.


Rima XXIX

Sobre la falda tenía
el libro abierto,
en mi mejilla tocaban
sus rizos negros:
no veíamos las letras
ninguno, creo,
mas guardábamos entrambos
hondo silencio.
¿Cuánto duró? ni aun entonces
pude saberlo;
sólo sé que no se oía
más que el aliento,
que apresurado escapaba
del labio seco.
Sólo sé que nos volvimos
los dos a un tiempo
y nuestros ojos se hallaron
y sonó un beso.
Creación de Dante era el libro,
era su Infierno.
Cuando a él bajamos los ojos
yo dije trémulo:
¿comprendes ya que un poema
cabe en un verso?
y ella respondió encendida:
¡ya lo comprendo!

Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870)
Rimas y leyendas
Porrúa, México, 2016

2053 Un poema al día, para que quienes puedan se lo pongan encima y lo atesoren en la memoria.12-I-2023. Selección de Felipe Garrido.
Miguel Ángel Porrúa, editor; Academia Mexicana de la Lengua; Creadores Eméritos FONCA.

Reacciones a la selección previa:

Laura Fischer: sobre la entrega 2052: Cuando conocí la historia del café Los Inmortales, organicé un periplo por Buenos Aires para escuchar el eco de Florencio Sánchez y de Evaristo Carriego. Recorrí con esperanza la avenida Corrientes, y terminé en una pizzería donde según decían había estado el famoso café Brasil que, por sus concurrentes famélicos, fue llamado Los Inmortales: la creación e intercambio de versos y guiones crecía cada noche, y su mecenas, el francés León, la apoyaba brindando café con leche y medialunas a sus famélicos y jóvenes creadores... Tampoco me fue dado conocer la casa de Carriego, hoy hecha museo; la encontré cerrada por mantenimiento.
Adolfo Castañón: Gratitudes sin cuenta por estas canciones de Cri-Cri, Francisco Gabilondo Soler. “Dí por qué”, “Abuelito”, “El ropero”. Su común denominador son los abuelos, la abuela y el abuelo, y su mundo en apariencia pasado. (Entrega 2053)
Las Canciones completas de Cri-Cri han sido recogidas en un volumen, Cri-Cri, que está prologado por José de la Colina, y lleva comentarios de Alicia y Ana García Bergua, Fernando García Ramírez, Francisco Hinojosa, Hugo Hiriart, Eduardo Lizalde, Eduardo Mejía, Juan José Reyes, Pablo Soler Frost, Rafael Vargas y Gabriel Zaid.
Fue coeditado por los sellos Clío y SEP, en México, en 1999.
“El ropero” (o “Canción de la abuelita”) fue compuesto en 1934. La edición citada indica que formó parte del primer grupo de canciones del autor, que se inspiró en el mueble de su abuela doña Emilia. La canción fue grabada por Plácido Domingo, Timbiriche y en 1964 en japonés, por Carlos Lira. La letra hace eco de las preguntas ineludibles que se hacen los niños y que Cri-Cri “inviste de sentimentalidad”, de “romanticismo desaforado e hipérbólico'” (p. 102). “Abuelito' fue compuesta en 1936 y grabada en japonés por Carlos Isla en 1964. “Di por qué”, compuesta en 1939, es una de las canciones más populares del autor. La grabó Libertad Lamarque en 1956 y en 1964, en japonés, Carlos Isla. Su tema no es “el paso del tiempo, ya de suyo alarmante sino la caducidad y la muerte” (p. 283).
Estas tres canciones dan cuenta de las razones que hacen del autor un Andersen mexicano.
El arte de ser abuelo es uno de las obras menos conocidas de Victor Hugo. Viene al caso recordarla pues en ella se muestra cómo el poeta era capaz de transformarse en niño. Esta transformación ha sido el secreto de poetas como Jacques Prévert, a quien podría considerarse el Cri--Cri francés. Gracias. querido Felipe. Saludos afectuosos y felicidades.
Alan José (Portavoz de un impresionante número de lectores): Qué nostalgia!!!
Coyoli Socorro Arce: Ayyyy!!! Esta entrega me envió a la hermosa infancia. Me encantaban las canciones y los cuentos de Cri Crí, el grillito cantor. Había un programa en la radio que no nos perdíamos mis hermanos y yo. A mis hijos también, sus discos les encantaron, y a mis nietos por supuesto. Don Gabilondo Soler estimuló la imaginación y el sentido musical de muchas generaciones de mexicanos. Y lo sigue haciendo. Me conmovía mucho la del ropero de la abuelita, porque la mía murió cuando yo apenas iniciaba la adolescencia y ella era una cuentacuentos maravillosa.
Bernardo Bátiz: Un poeta, cantor, grillo para más señas, traído de un pasado feliz. Cri-cri compuso canciones conmovedoras: “toma el llavero abuelita y enséñame tu ropero”, el ratón vaquero, la patita, coqueta, que va al mercado con rebozo de bolita y decenas más… Y Crí-cri, Gabilondo Soler, no muchos lo saben, fue también un astrónomo. En el parque Felipe Santiago Xicoténcatl, de la colonia Álamos, en la ciudad de México, sobre la calle de Cádiz, puede verse aún un sólido edificio de tres piso, en medio de los árboles y el pasto, como una isla, solitario: el observatorio donde Cri-Cri se asomaba al cielo para ver las estrellas y la Luna, refugio del Grillito Cantor, quizá para inspirarse. Es una reliquia; hay que visitarlo, yo lo hice con una amiga que no olvido, como tampoco que de niños jugábamos a las escondidas y los encantados a su alrededor. La patita, mi amiga, el jardín, … se me entreveran en la memoria.
Elisa Josefa Hernández Aréchiga: Mi único hijo nació en 1990 y, tal como lo hicieron mis padres conmigo y con mis hermanos, le canté canciones de Cri-Cri. También le tocó escuchar sus melodías interpretadas por Plácido Domingo y una extraordinaria cantante francesa cuyo nombre no recuerdo de momento. Ya en la primaria, Max encontró a Cri-cri en los libros de lectura. Ahora esperamos a los primeros nietos y Cri-Cri vuelve, de la mano de Felipe Garrido. Lo celebro.

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