Madrigal de Cetina
Ojos claros, serenos,
si de un dulce mirar sois alabados,
¿por qué si me miráis, miráis airados?
Si quanto más piadosos
más bellos parecéis a aquél que os mira,
no me miréis con ira
porque no parezcáis menos hermosos.
¡Ay, tormentos rabiosos!
Ojos claros, serenos,
ya que así me miráis, miradme al menos.
Soneto de Cetina
Si es verdad, como está determinado,
como en caso de amor es ley usada,
transformarse el amante en el amada
que por el mesmo Amor fue así ordenado.
Yo no soy yo, que en vos me he transformado,
y el alma, puesta en uso, de sí ajenada,
mientras de vuestro ser sólo se agrada
dejado de ser yo vos se ha tornado.
Mi seso, mis sentidos y mis ojos,
siempre vos los movéis, y los movisteis
desde el alma do estáis hecha señora.
Si cosa he dicho yo que os diese enojos,
mi lengua sólo fue pronunciadora,
mas vos que la movéis, vos lo dijisteis.
Soneto del mismo
¿En cuál región? ¿En cuál parte del suelo?
¿En cuál bosque? ¿En cuál monte? ¿En cuál poblado?
¿Cuál lugar tan remoto y apartado
puede ya a mi dolor poner consuelo?
Cuanto se puede ver debajo el suelo,
todo lo tengo visto y rodeado,
y un medio que a mi mal había hallado
hace, en parte, mayor mi desconsuelo.
Para curar el daño del ausencia,
pintóos cual siempre os vi, dura y proterva,
mas Amor os me muestra de otra suerte:
No queráis a mi mal más experiencia,
sino que ya, como herida cierva,
do quier que voy, conmigo va mi muerte.
Gutierre de Cetina (1520-1554)
En Flores de baria poesía.
Prólogo, edición, crítica e índices
de Margarita Peña.
Unam, México, 1980.
2081 Un poema al día, para que quienes puedan se lo pongan encima y lo atesoren en la memoria. 9 -II-2023. Selección de Felipe Garrido.
Adolfo Castañón: Gracias querido Felipe por la entrega 2080 de este miércoles 8 de febrero del 2023. Tres composiciones de la poeta Blanca Luz Pulido, nacida en 1956 y en 2013, cuando apareció Cerca, lejos, autora de más de ocho libros, según asienta Minerva Margarita Villarreal en el prólogo de esta Antología personal, 1986-2013. La fortuna quiso que la autora me dedicara su libro en agosto del pasado año con la tinta azul de su habitual bien dibujada caligrafía (que incluye un disco con la voz de la poeta).
La tersura y la bien armada calidad de la escritura de Blanca Luz Pulido es trasunto de ese rico mundo interior que la poeta Minerva Margarita destaca en su prólogo al hablar de “una arquitectura basada en la analogía” que hace posible “la construcción de un puente por el cual transiten seres de reinos distintos”, sin olvidar nunca la experiencia inmediata, “la vividura” que diría María Zambrano. ya sea de la miopía, de la identidad de la mano izquierda o del vaso roto y del polvo de vidrio que pisaste y que “viajará por tus venas / para instalarse --taimado y oscuro-- en tu indefenso corazón”.
Los poemas de Blanca Luz Pulido irradian exactitud y son dueños de una música silente como la de Eric Satie. Los mueve y aquieta una feliz inteligencia artística. Escrituras e inscripciones, caligrafías del fuego. Felicidades a Blanca Luz.
Ps Una lectora, doña Mirna Martínez, observa un par de erratas: cwentimetros y angre en vez de sangre.
José Luis Talancón: De la entrega 2079, de Adriana Tafoya, sacó un hilo para decir:
Todo lo que fui
Se esconde bajo las hojas
La vida de hoy es combustible de mañana
Rodamos así por la existencia
Haciendo ilusiones míticas y sueños de eternidad
Que no son sino momentos de vanidad, hambre de absoluto
Hartazgo de realidad
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