Esa noche
A mi padre,
Esa noche cerraste la mirada.
Así llega la muerte
a la fiesta del mundo,
sin invitación.
Quién diría que tu olor
es tierra seca ahora,
abono del recuerdo.
Que yo arrastro la pluma como arado
para sembrar palabras.
Esa noche cerraste la mirada.
Rebeca Díaz Suárez
Distancias
Con el tiempo la casa se humedece.
El polvo cubre la memoria
de unos pasos cansados
de andar la misma ruta.
Con el tiempo descubrimos
que nada habíamos descubierto,
que el mundo era el revés de la palabra mundo.
Con el tiempo las horas
se vuelven hojas secas,
musgo de palabras como días
en cualquier lago.
Da igual la medianoche,
la madrugada,
la mañana.
Se quedan las palabras
con la garganta seca.
Garabatea el tiempo
ficciones que parecen realidad,
dibuja cuerpos jóvenes
de piel multicolor.
Con el tiempo sabemos
que a veces las distancias
se vuelven alimento indispensable
para no recorrerlas;
son la contradicción imprescindible
para sobrevivir
a las noches hostiles.
Rebeca Díaz Suárez
En un hospital
Estaba yo viendo el abismo.
Estaba lloviendo sobre el abismo.
Estaba yo bien dormida y soñando el insomnio.
Nadie preguntó mi nombre.
Nadie se imaginó
por qué el asunto nuestro
es más que abismo entre abismo y piel contra piel.
Somos fosa de muerto
y sin la pregunta de quién es quién.
En un hospital
estaba yo viendo el abismo,
estaba lloviendo sobre el abismo,
estaba yo bien dormida y soñando el abismo.
Entonces llegaron los amigos
y llenaron el cuarto de ciudad,
de casas con jardines.
Detuvieron la lluvia.
Rebeca Díaz Suárez
Antes que sea tarde.
Morbo Ediciones,
Campeche, 2015.
2107 Un poema al día, para que quienes puedan se lo pongan encima y lo atesoren en la memoria. 7-III-2024. Selección de Felipe Garrido.
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