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#2101 - GARCÍA MONTERO: Primer día de vacaciones | Los espejos | El lugar del crimen

 

Primer día de vacaciones


Nadaba yo en el mar y era muy tarde,
justo en ese momento
en que las luces flotan como brasas
de una hoguera rendida
y en el agua se queman las preguntas,
los silencios extraños.
Había decidido nadar hasta la boya
roja, la que se esconde como el sol
al otro lado de las barcas.
Muy lejos de la orilla,
solitario y perdido en el crepúsculo,
me adentraba en el mar
sintiendo la inquietud que me conmueve
al adentrarme en un poema
o en una noche larga de amor desconocido.
Y de pronto la vi sobre las aguas.
Una mujer mayor,
de cansada belleza
y el pelo blanco recogido,
se me acercó nadando con brazadas serenas.
Parecía venir del horizonte.
Al cruzarse conmigo,
se detuvo un momento y me miró a los ojos:
no he venido a buscarte,
no eres tú todavía.
Me despertó el tumulto del mercado
y el ruido de una moto
que cruzaba la calle con desesperación.
Era media mañana,
el cielo estaba limpio y parecía
una bandera viva
en el mástil de agosto.
Bajé a desayunar a la terraza
del paseo marítimo
y contemplé el bullicio de la gente,
el mar como una balsa,
los cuerpos bajo el sol.
En el periódico
el nombre del ahogado no era el mío.

Luis García Montero (1958)


Los espejos

A Luis Muñoz

No importa si has dormido poco o mucho,
los espejos del hotel nunca perdonan
y son como animales de montaña
que no aceptan el trato de los hombres.
La luz de los espejos familiares
se apiada de nosotros, sin embargo,
nos ayuda a fingir, y por afecto
o por costumbre llega a perdonarnos.
Yo sé que los espejos son el agua
estancada de un río que se mueve.
Y he visto cómo el sol que reverbera
puede ocultar el cieno de las sombras.
Pero quien mira al fondo de sus ojos
ve las grietas del tiempo, las arañas
de un pasado que surge de improviso
en mañanas de hotel y nos ofende.
Para qué contestar. Cierra los ojos,
porque no hay otra cosa que envejezca
peor que tu mirada.

Luis García Montero (1958)


El lugar del crimen


Más allá de la sombra
te delatan tus ojos,
y te adivino tersa,
como un mapa extendido
de asombro y de deseo.
Date por muerta
amor,
es un atraco.
Tus labios o la vida.

Luis García Montero (1958)
Antología poética
(1980-2005)
Universidad de las Américas,
Puebla, 2006.

2101 Un poema al día, para que quienes puedan se lo pongan encima y lo atesoren en la memoria. 1° -III-2023. Selección de Felipe Garrido.
Miguel Ángel Porrúa, editor; Academia Mexicana de la Lengua; Creadores Eméritos FONCA

Reacciones a la selección previa:

Rosana Romo Pérez: ¿Recuerdas cómo era la lluvia? Una tormenta de olores y sabores me trae aquel beso, inicio de amores que marcaron mi existir. Un eco de Ethel Krauze.

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