De “Poesía de anticipación”
4. Pajarera
Alas rojas– temblaron tus labios
en el cielo
rojo
de mi rojo anhelo,
y roja una bandada de ósculos
batió su revuelo
en el rojo limbo
de mi corazón;
trinaron los pájaros
rojos –en el tul de venas tejidas
que borda la plata
de mi carne azul–
su gorjeo escarlata...
y quedaron cautivos y opresos
mis gestos de amor,
en el aire cantor
y en la pluma de luz de tus besos.
Arturo Rivas Sainz (1905-1985)
9. Perspectiva
Dentro de pocos años
he de volver mi vista hacia el presente
y he de reírme... ¡Qué
miniados se ven desde la altura
los nudos de cristal de la corriente
que amarran los vellones
de la espuma
en un enlace azul de corazones!
¡Como nudos de seda
se enredan en ovillos
las hojambres de mínima arboleda!
Pero ahora siento
inmensamente:
en mi alma se tamiza
la ráfaga del viento,
y recojo los zumos del relente
en la nieve de luz de tu sonrisa.
Todo es ahora grande y soberano:
el pulso azul del cielo
descargado
en la mejilla de verdor del llano,
y el índice azulenco del riachuelo.
Ahora tengo el pecho
colmado a borbotones
de colores, perfumes
y canciones;
pero un día
dentro de pocos años,
rebasaré sus tenues aledaños
y... he de reírme.
Arturo Rivas Sainz (1905-1985)
12. Close up
Y al arrojar los pétalos
de la estrujada rosa,
volaron de tus manos
mil palomas
ingrávidas
y rojas
y húmedas
y temblonas,
con alas
como hojas
escarlata
que parecieran plétora de plumas
pringadas de luciérnagas de grana.
Arturo Rivas Sainz (1905-1985)
Poesía de la poesía
Prólogo de Ricardo Castillo
UdeG / FCE, Guadalajara, 1998
2159 Un poema al día, para que quienes puedan se lo pongan encima y lo atesoren en la memoria.
30-IV-2023. Selección de Felipe Garrido.
Reacciones a la selección previa:
Carmen Tinajero: Eduardo Moshes (entrega 2155) nació el mismo año que yo, 1944, y esa fecha se mezcla con sus palabras y las mías cuando escribimos. Él habla de muerte, de sangre, de estar envuelto en ellas y yo no sé de qué hablo; él es poeta ¿ y yo? Me uno a ese 1944 como a un madero perdido en la fascinación de la vida que se asoma esta mañana de abril en Tepoztlán como promesa.
Porque la vida y la muerte están tan cerca, tan trenzadas, tan ciertas de caminar juntas que sostienen lo indecible en lo que dicen.
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