Despedida inminente
I
Yo te nombro en el agua y en la tarde,
en cada rincón de nuestra casa.
En el jardín han brotado
nuevas humedades
desde el contorno
de las piedras viejas.
Porque los silencios no tienen edad:
se ocultan en los reportes de hospital,
en las recetas médicas,
en esa constante marca entre las cejas,
en el árbol de mi niñez
del que colgaba un columpio que se ha roto.
II
Decir adiós es un instante doloroso
que rompe la piel.
Una piedra en el fondo de nuestro mar.
Se requiere perder la cordura y el apego,
caminar por el arrepentimiento durante
muchos años.
Decir adiós es un infierno que desata un
camino de hormigas en las manos.
III
Sólo una palabra y terminas ardiendo en una
hoguera que ya no bañará la luna, pero sana el alma.
Despedirse, no siempre es insensato:
tiene un lado oscuro y uno claro.
Lilitt Tagle (1941)
Sumisión
Palabra, doloroso tatuaje,
huella luminosa
que habita mi silencio
escondida en el engaño
de la penumbra.
Eras mi Sol, deslumbrante
y tardío y amanecía en tus brazos
y era pasiva a la violencia
que desataba la aurora.
El rojo era mi sangre, escoltada por tu boca y la
ansiedad de mis labios
la calmabas toda.
En el canto de las aves, crecía el nido que empolla
a la hembra que me habita.
Fue difícil darme cuenta,
todo se debió a una noche a solas
en la región
del duermevela.
Como un destello cuyo acomodo
es el vértice del agua que lo engendra,
así surgió la idea, la verdad, la ruptura
de la dicha ciega:
La cinta que une a los
enamorados
con violencia
se había
enredado en mi garganta
y mi voz no la escuchabas, tampoco nadie.
Ni yo misma.
Las palabras habían escurrido
por esa encrucijada
donde los demonios de la lujuria
destruyen cualquier vestigio de ternura.
Fuiste una máquina invasora
una espada, un ángel
que robó mis alas.
Lilitt Tagle (Orizaba, 1941)
Komorebi
Alberto Avelar, Orizaba, 2019
2162 Un poema al día, para que quienes puedan se lo pongan encima y lo atesoren en la memoria.
3-V-2023. Selección de Felipe Garrido.
Reacciones a la selección previa:
Adolfo Castañón: Gracias por el envio de los poemas de la inspirada poeta nacida en Villahermosa, Tabasco, Alicia Delaval, a quien Carlos Pellicer calificó como la mejor poeta oriunda de tierras tabasqueñas. Nacida como Maria del Pilar del Espiritu Santo Torruco, cambió su nombre por el más eufónico con que ahora la conocemos. Es autora de una amplia obra en verso y prosa que hasta donde se sabe no ha sido recogida. Su sensitiva y alerta conciencia hacia el ritmo y el color queda clara en la fluidez con que traza en “Retorno al gris” un autorretrato oblicuo en el que va dibujando con fino pulso el despertar de la conciencia poética y la instintiva andadura que la guía por el lenguaje. Asertiva y morosa. musical y traviesa, cruza el espacio poético con su serena canción aérea. Esa maestria queda manifiesta también en el prisma del soneto “Contradición”, en el cual la reiteración de la voz odio le sirve para afinar la tajante conciencia de la experiencia amorosa. Se sugiere leer el primer poema en voz alta y el segundo en voz baja y pausada. Gracias querido Felipe y gracias a Marco Antonio Acosta por haber recogido estos versos en su Nueva antologia de poetas tabasqueños, editada en 2006.
Ana Lorenia: Me encantó esto de Raquel Olvera (entrega 2160): “Tu infancia dejó un desorden de huracán.”
Mirna del Carmen Martínez: Muchas gracias por la entrega del día de hoy. Me gustan mucho los poemas de Raquel Olvera.
Guadalupe Elena: Hace algún tiempo, querido maestro Felipe, nos envió en dos entregas (2139 y 2140) un poema de Ricardo Castillo, “Borrar los nombres”, que habla de los rituales coras durante la Semana Santa. Hubo partes que no comprendí a fondo y me propuse investigar más acerca de la comunidad cora. Lo hice, y la diferencia es enorme. Qué poco sabía yo de sus costumbres, magia, tradiciones, sacrificios, sus creencias profundas y cómo es en la actualidad su vida en este México de mil formas y colores. Mil gracias por haberme hecho ver cuánto más profunda es la comprensión de lo que leemos cuando conocemos mejor el terreno que pisamos.
Maya López: Mi cosecha reciente. “Que los sueños se cuelan por los ojos/ y encienden luz azul en las ventanas”. “Miro bajo mis pies las nubes”. “…en el cielo rojo de mi rojo anhelo/ caen los restos de nuestro corazón”. “Aquí estoy solo, rodeado por mi propio silencio”. "Costaba respirar debido al polvo..." ¿Recuerdan estas frases? ¿En qué entregas están? ¿De qué poetas son?
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