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#2175 - FACUNDO: El pollo tempranero

 

El pollo tempranero

Conozco un pollo
de esos que hay muchos,
medio elegante,
medio palurdo,
medio risueño,
medio ceñudo,
de gran copete,
negro y pasudo,
de angostas piernas,
de rectos muslos,
de escasa barba,
de secos puños,
de grandes ojos
como los buhos.
Este es un pollo
que los palurdos,
que saben de esto
según calculo,
los consideran
como cambujos
y tempraneros;
porque a su turno,
muy más temprano,
más que otros muchos
hacen la aleta
sin disimulo.
No hay gallinero
en que haya uno
de estos polluelos,
que no sea un mundo
de galanteos
y de espeluznos
y de reyertas
y de seguros
inconvenientes,
riñas y sustos.
Ya las gallinas
temen al tuno
del tempranero
como a ninguno.
A todas pica
sin disimulo,
se cree entre todas
como el gran turco.
Pica casadas
cual copetudo
señor de hechizos;
y en el reflujo
de sus intrigas
y sus tumultos
y sus desmanes
se cree el muy chulo
Don Juan Tenorio
de nuevo cuño.
Ya los que tienen
algún jonuco
para gallinas,
se están al husmo
de ver qué pollo
da en el absurdo
de ser, cual dicen
por el estudio,
un tempranero
de esos que hay muchos;
y si entre todos
pillan a alguno,
le descuartizan
sin más escrúpulo.
¡Maridos, viejos,
padres adustos,
tutores, tías,
guardas y eunucos,
mucho cuidado
con esos tunos!
Que es necesario
ser muy astuto;
porque si entre ellas
se mete alguno,
arma de fijo
fiero tumulto.
y las gallinas
con tanto susto,
hasta a los gallos
cubren de luto.
Crías se pierden,
se pierden juntos
algunos huevos
por el barullo.
Ya más de un gallo
se ha puesto mudo,
flaco, sin plumas
y taciturno,
a consecuencia,
según calculo,
de un tempranero
de esos que hay muchos.
Algunas pollas
que en lo futuro
por ponedoras
valdrían mucho
se han puesto estériles
de tanto susto,
sin dar ni un huevo,
sin dar ni fruto.
Con que, entendedlo,
ricos, palurdos,
tutores, padres,
y argos astutos,
mucho cuidado
si en vuestro rumbo
halláis un pollo
tieso, cambujo
y tempranero
de esos que hay muchos,
pilladle pronto,
con disimulo,
y el largo cuello
torcedle al punto.

Facundo
(José Tomás de Cuéllar, Ciudad de México, 1830 - Ciudad de México, 1894) El Renacimiento Periódico Literario México, 1869

Edición facsimilar
Presentación de Huberto Bátis
UNAM, México, 1979

2175 Un poema al día, para que quienes puedan se lo pongan encima y lo atesoren en la memoria.
16-V-2023. Selección de Felipe Garrido.
Miguel Ángel Porrúa, editor; Academia Mexicana de la Lengua; Creadores Eméritos FONCA


Reacciones a la selección previa:

Armando Olvera: Enzia Verduchi, extraordinaria escritora. He estado viendo dos videos donde explica el proceso de creación de uno de sus libros, muy especial: Nanof. Y vaya que son especiales: la historia, el libro y la autora.
Bernardo Bátis: Cuando yo tenía un año de nacido y crecía lenta pero tenazmente, José Juan Tablada publicaba sus poemas, verdaderos torrentes de palabras, Niágaras de términos que abruman al lector, lo apabullan. Sus poemas, que yo sepa, no suelen ser memorizados y recitados en tertulias o fiestas escolares. Inundan el entendimiento, abruman. Ahora que conozco estos dos poemas suyos, de inmediato quedo admirado por la riqueza del lenguaje, por el difícil trenzado de comparaciones, metáforas, hipérboles. Y, por cierto, ¿qué es un Erebo de sombra? ¿Un río, un dios, mitología?
FG: El erebo es el infierno, el averno, el tártaro, el orco, el báratro, el inframundo, el mictlán. (Que van, según gustos y momentos, lo mismo con bajas que con altas.)

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