#2178 - SOUZA JAUFFRED: El retrato del hombre que esto narra | Pregunta para comenzar a morir | El ángel
El retrato del hombre que esto narra
Miro al espejo: este hombre
en que me he convertido
: sus largos miembros,
la cabeza imposible
sostenida tan sólo por un delgado cuello.
Padezco sus agruras y sus miedos.
Su piel cansada que delgada anhela
el relente del tacto/ la caricia.
La sed de manos tuyas, de tu cuerpo.
Conozco su insistencia en elevar los sueños
en fabricar palomas sobre plazas
en dibujar siluetas en la retina tuya.
Entro en su corazón como a una barca
y dejo que sus velas me conduzcan.
Pero en el cuarto gris
al fondo del cristal, ese hombre oscuro
me hace una seña a mí, quiere que sepa
que la noche comienza a devorarlo
y que la higuera a florecer no ha vuelto
Pregunta para comenzar a morir
¿Podremos recordar esta ceniza?
¿este polvo perdido en la memoria
y los gorriones pardos que nos llaman?/
¿podremos?
¿Arder de nuevo en las hogueras del alba
conservar tus silencios en mi piel?/
¿podré? ¿podremos?
¿Encontrar un refugio
para aliviar nuestro cansancio?
¿Podremos alcanzar la puerta/ el puerto
que estos ojos borrados no adivinan?
¿Podré grabar en mí, que sobreviva
este remedio (tuyo)/ tajo a la soledad/
que enciende naves
en el hueco profundo que es mi alma?
El ángel
Cierras los ojos, la suavidad del párpado, mientras
Su Mano
Te conduce a la tierra, la pequeña, la torpe, hecha de barro turbio
Y piel de escama. El día aún no se eleva.
Ante tu asombro, arde un laberinto y tú
Eres sólo un puñado de nombres
Que alguien dejó en la oscuridad sembrados.
Ahora te levantas, tu cuerpo hecho de lodo es ya morada de la carne.
Una fibra de sal duele en tus labios, el viento
Alza tus oraciones como un arpa.
Y tus manos recuerdan entre la voz y los rastrojos
Aquel blanco esplendor, aquella estrella.
Ardes sobre terrones y tu fiebre traza las coordenadas del asombro
Nada en verdad existe
Sólo este océano rojo que te arrastra.
Estás ahora preso, sólo la sal desciende hasta tu lengua
Herida. Bajo la luz quebrada de la lámpara
Tus dedos buscan letras para construir sus horizontes habitables.
Alguien ahora llama.
Alguien junto a tu oído dice tu nombre verdadero.
Sabes entonces lo que ya sabías
Sabes que alguien espera, pero olvidaste dónde
Sabes que eres el ángel, pero has quedado ciego.
En armarios vencidos
Dibujas nuevos sueños mientras el espejismo se levanta
Te sumerges en él, eres el hombre
: Tocas tu nuevo rostro
: Abres los ojos.
El mundo se despierta al primer canto del ave.
Jorge Souza Jauffred (Guadalajara, 1950)
Sólo tu desnudez vence la muerte-
La Zonámbula/ Jalisco, Secretaría
de Cultura, Guadalajara, 2015
2178 Un poema al día, para que quienes puedan se lo pongan encima y lo atesoren en la memoria.
20-V-2023. Selección de Felipe Garrido.
Reacciones a la selección previa:
Armando Olvera: Celebro que se hayan incluido estos dos muy buenos poemas del maestro Vicente Quirarte, quien desde esas primeras poesías dejó pasmado a más de uno. La escritura de Vicente, a quien he seguido por más de 30 años, es un baluarte de lo bien escrito. Muchos de sus libros destacan. De poesía recomiendo una joya Fra Filippo Lippi. Cancionero de Lucrezia Buti; El mar del otro lado, Como a veces la vida, por supuesto Razones del Samurai (Poesía reunida 1978-1999), El peatón es asunto de la lluvia. Entre sus libros de ensayo destacan Peces del aire altísimo, Invitacion a Gilberto Owen, su bello libro Sintaxis del vampiro. Y qué decir de Él amor que destruye lo que inventa, sus relatos de Morir todos los días. Y en teatro, El fantasma del hotel Alsace. Los últimos días de Óscar Wilde y un bellísimo Melville en Mazatlán. En fin, que me pareció muy interesante leer algo de Vicente Quirarte. Gracias por eso.
María Ángeles: Querido Felipe: poetas todos, cultos, visionarios, enloquecidos, románticos, pero qué grande es Quirarte!!! Abrazo fuerte por el regalo!
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