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#2186 - ROMERO: Fui dos… | No me sabe tu besar… | Cuando no sepa tu nombre | En esta soledad | Sin agua…

 

Fui dos…

Fui dos.
Sentía sin mis manos,
veía sin mis ojos.
Esperaba tenderme
horizontal de dicha
en abrazo redondo,
cuando tu ausencia fuera
un respirar muy mío
y un despertar de gozo.
¡Qué ilusiones de estío,
de mies y de contorno...!
¡Ahora sólo me queda
la soledad vacía
bajo mi cuerpo solo.

No me sabe tu besar…

No me sabe tu besar
a sal ni a mar,
¡qué desvarío!
¡que me sabe tu besar
a agua de río!
No me sabe tu mirar
ni azul ni rojo;
amarillo
es el sabor de tus ojos
y es el son de tu cantar.
No me sabe tu besar,
tu cantar
ni tu mirar
a mareo de alta mar.

Cuando no sepa tu nombre

Cuando se me haya olvidado
el recuerdo,
entonces te habré perdido.
Cuando la ola se quede
sin volver a la arena,
entonces te habré perdido.
Cuando la hoja en el árbol
no sepa su color,
entonces te habré perdido.
Cuando el callar no sea ya
mirarte hacia adentro,
entonces te habré perdido.
Cuando tu nombre me sea
completamente nuevo,
entonces, te habré perdido.

En esta soledad

En la soledad no se encuentra más que lo que se lleva a ella.
J.R.J.
En esta soledad
con paredes o al aire
voy poniendo las cosas;
me las paso a mí misma
de ese estante a este estante,
orden,
para sentirme en su existencia.
A solas con un pájaro
–capricho en mi paisaje–
inestable en su canto
y en su vuelo,
ir y venir
de ayer a este presente
de fijeza imposible.
Y con la nube,
a solas,
pasar también,
dardo hacia la salida
de un próximo
aún no poseído.
¿Qué
en esta soledad
tan mía,
inútilmente llena
de un ser
y un haber sido?
Aquí yo,
y esa luz,
y ese color,
y esa canción perdida.
¿Basta?

Sin agua…

Sin agua,
el mar.
Sin tiempo,
el reloj.
Sin aire
el suspiro.
Sin calor
este frío, este vacío
sin mar
sin tiempo,
sin aire,
este vacío.

Marina Romero (Madrid, 1908 - Madrid, 2001)
Poetas del exilio español.
Una antología.
Editores
James Valender y
Gabriel Rojo Leyva.
El colegio de México, México, 2006.

2186 Un poema al día, para que quienes puedan se lo pongan encima y lo atesoren en la memoria.
29-V-2023. Selección de Felipe Garrido.
Miguel Ángel Porrúa, editor; Academia Mexicana de la Lengua; Creadores Eméritos FONCA

Reacciones a la selección previa:

Rosario Ramos: Me gustó mucho el poema de Elías Nandino; imágenes en las que nos podemos ver retratados. Gracias Felipe por el llanto asomado al misterio, por el llanto sin llanto, por el llanto de todos. El mundo es y ha sido llanto ante tanta desolación y angustia.
Adolfo Castañón: Gracias por el envío de las letras compuestas por la poeta y casi diría trovadora Minerva Reynosa, nacida en 1979. Hace menos de un año nuestro amigo Felipe Garrido tuvo a bien transcribir uno de sus “paisajes”- Ahora nos brinda otro, no menos áspero y con todo compasivo y solidario. Cuando hablo de Minerva Reynosa como 'trovadora'. pienso en que sus letras podrían integrarse a una suerte de corrido o más bien de rap que declinara las experiencias de las juventudes e infancias que se desviven en la frontera entre las enfermedades como el cáncer y las fiebres endémicas del alcoholismo. Un refrán o ritornello, “eran los 80” le da sabor y ritmo a la evocación: “y las canciones se bailaban con la cuadra cerrada / por obra estridente estrambótica y rabiosa del / vallenato / un sonidero/ la clase media / éramos la patria chica/ el valle sin agua que aspiraba a estar lleno / aun más lleno/ allá los cholos / en botas convers / con una pequeña y sucia casetera que / canturreaba / versos proletarios / eran los 80 / y la muerte se asomaba en formas plásticas / más voluminosas...” Hay en el fraseo de esta trova un ritmo pegajoso, soterrado y convincente capaz de transfigurar los espacios evocados en lugares para el milagro, por terrible que sea la experiencia narrada en esta música que envuelve la cabeza como “un turbante rojo que sugería la enfermedad” Tierra que se escapa, tierra en fuga es la etimología que en inglés tiene la voz landscape, paisaje,
Fotos, retratos de esa tierra que se nos va son estas letras que Minerva Reynosa, discípula de Minerva Margarita Villarreal y lectora de Gerardo Deniz, deja zumbando en el laberinto del oído con su acento entrañable y sencillo, a la par fresco y arcaico. Felicidades y gracias a Minerva Reynosa, minera del reino milenario.
Bernardo Bátiz: ¡Qué relato! el de Minerva Reynosa. Versos prosaicos, poesía alejada de la poesia.
Ruda la vida. “Realista a madres” diría alguien a quien estimo y que lucha por darle verdadero sentido a las cosas. Sin nada de humor, ni negro ni blanco. Sin nada de amor; una cruda descripción del coito. Una vida frustrada descrita con talento y genio, también frustrados por un realismo carente de magia.
Armando Olvera: ¡Qué fuerte poesía! Una regia llena de fuerza, sin cortapisas. Gran poeta, multiviajera, me sorprende que haya viajado tanto a pesar de su edad y que sea una escritora que ha incursionado activamente en el tema digital.
Rigoberto González Nicolás: Una fotografía de mi archivo personal para acompañar una poesía de Antonio del Toro (1947-2023)

Esta luz

En el fondo del patio se serenan
el helecho, la hierba, el moscardón
que hace seis horas era el calor y la energía sorda.
Descansa la luz de todo el día
alrededor de los objetos, fuera del lustre,
ausente del vigor, tranquila.
Descansa la luz de sí misma en la tarde
y da a lo que roza una dignidad dorada y enfermiza.
La luz descansa en la luz
y adopta una calidad de baño de oro y de madera.
El gato prefiere esta luz,
se esconde el cazador mejor en esta luz,
pero a mí me gusta el vigor y el moscardón zumbando.
Esta luz es la antesala de la otra,
que es la antesala de la otra,
que es la antesala de la noche.
La luz del mediodía es ella misma.
En esta luz de las seis hay una que contiene
el hilo de seda que ahorcará a este día.
Yo desconfío de esta luz que como el gato
se mueve hermosa y lentamente.

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