#2223 - SÁNCHEZ DE BADAJOZ: Otra obra suya recontando a su amiga un sueño que soño | ARREOLA: Loco de amor
Esto que sigue es castellano viejo, del tiempo de Carlos I o de Carlos V, como quieran decirle. No hay signos de puntuación ni acentos; vn es un y escriuo es escribo… Más importante que cuáles letras aparecen es cómo pronunciamos lo que está escrito. Esto es un experimento; veamos si es inteligible.
Otra obra suya recontando
a su amiga un sueño que soño
La mucha tristeza mia
que causo vuestro desseo
ni de noche ni de dia
quando estoy donde nos veo
no oluida mi compañia
Yo los dias no los biuo
velo las noches catiuo
y si alguna noche duermo
sueñome muerto en vn yermo
enla forma que aqui escriuo
Yo soñaua que me yua
desesperado damor
por vna montaña esquiua
donde si no vn ruy señor
no halle otra cosa biua
Y del dolor que leuaua
soñaua que me finaua
yel amor quelo sabia
y que abuscarme venia
yal ruy señor preguntaua
Dime lindo ruy señor
viste por aqui perdido
vn muy leal amador
que de mi viene herido
como soys vos el amor
Si yo soy aquien seguis
y por quien dulces beuis
todos los que bien amays
ya se por quien preguntays
por garci sanchez dezis
Muy poco ha que passo
solo por esta ribera
y como le vi y me vio
yo quise saber quien era
y el luego melo conto
Diziendo yo soy aquel
a quien mas fue amor cruel
que causo el dolor
cami no me mato amor
sino la tristeza del
Yo le dixe si podre
atu mal dar algund medio
dixome no yel por que
es porque aborri el remedio
quando del desespere
Y estas palabras diziendo
y las lagrimas corriendo
se fue con dolores graues
yo con otras muchas aues
fuemos empos del siguiendo
Hasta que muerto cayo
alli entre vnas açequias
y aquellas aues y yo
le cantamos las obsequias
porque damores murio
Y aun no medio fallecido
la tristeza y el oluido
le enterraron de crueles
y enestos verdes laureles
fue su cuerpo conuertido
Dalli nos quedo costumbre
las aues enamoradas
de cantar sobre su cumbre
las tardes las aluoradas
cantares de dulcedumbre
Pues yos otorgo indulgencia
delas penas quel ausencia
os dara amor y tristura
aquien mas su sepoltura
seruira con reuerencia
Vi me alegre vi me vfano
destar con tan dulce gente
vi me con bien soberano
enterrado honradamente
y muerto de vuestra mano
Assi estando en tal concierto
creyendo que era muy cierto
que veya lo que escrivo
recorde y halleme biuo
dela qual causa soy muerto
Garci Sánchez de Badajoz (Badajoz, 1480 - n.d., 1526)
Cancionero de Garci Sánchez de Badajoz.
Edición preparada por Julia Castillo
Editora Nacional, Madrid, 1980.
[Un texto de Arreola]
Anteriormente incluido en la entrega 1901, del 1° de agosto de 2022. (Vale la pena regresar a ella.)
Loco de amor
Homenaje a Garci-Sánchez de Badajoz
El desierto jardín de madrugada. Allá va Garci-Sánchez de Badajoz. Transido de amoroso desvelo, afinando las cuerdas de su laúd inaudito.
Va por el jardín del sueño, loco de amor, escapado de su cárcel divagada. Buscando bajo los lirios la trampa de la acequia. Mundo abajo, razón abajo. Rodando en la pendiente de dos ojos oscuros, feroces de mirada indiferente. Cayendo en el hueco de una oreja sin fondo.
A paletadas de versos tristes cubre su cadáver de hombre desdeñado. Y un ruiseñor le canta exequias de hielo y de olvido. Lágrimas de su consuelo que no hacen maravillas; sus ojos están secos, cuajados de sal ardida en la última noche de su invierno amoroso. “Qu’a mí no me mató amor, / sino la tristeza dél.”
No morirás del todo, muerto de amor. Algo sigue sonando en la sombra de tu jardín romántico. Mira, aquí hay una nota de tu endecha desolada. Los pájaros cantan todavía en las ramas de tu fúnebre laurel, oh enamorado sacrílego y demente.
Porque antes de alcanzar el paraíso de su locura, Garci-Sánchez bajó al infierno de los enamorados. Y oyó y dijo cosas que escandalizaron orejas pusilánimes. Y sus versos llegaron en carta echadiza a los buzones del sombrío tribunal.
Juan José Arreola (Ciudad Guzmán, 1918 - Guadalajara, 2001)
Narrativa completa.
Prólogo de Felipe Garrido.
Alfaguara, México, 1997
2223 Un poema al día, para que quienes puedan se lo pongan encima y lo atesoren en la memoria.
5-VII-2023. Selección de Felipe Garrido.
Vista de la ciudad de Sevilla Finales del siglo XVI. Óleo sobre lienzo, 146 x 295 cm Atribuido a Sánchez Coello, Alonso Fuente: Museo del Prado. |
Reacciones a la selección previa:
Maya López: Dice Hernán Lavín Cerda (entrega 2220): “Fuiste muy feliz. Ya te puedes morir en paz, como una luciérnaga abrumada por tantísima luz.” Quiero decir eso el día de mi muerte; ojalá me dé tiempo.
Armando Olvera: Estas canciones de Arcadio Zúñiga y Tejeda formaron mi infancia y la de miles de hogares pues eran cantadas y tocadas en guitarra por las familias. A sus 34 años, cuando ocurrió su muerte, don Arcadio había fundado tres periódicos y una revista semanal de política. Era, además, cofundador de la Bohemia Literaria Jalisciensce (miembro 16). Del primer poema, “Lejos de ti”, circulan numerosas versiones con el título “Prenda del alma”. Me permito añadir que “Hay unos ojos” formó siempre parte, “a mucha honra” decían mi abuela y después mi señora madre, de las serenatas que mi abuelo y mi padre les llevaron. Un detalle: según Wikipedia este personaje murió en 1892.
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