#2231 - PRADO GALÁN: Última suerte | Oración del hombre mortal | Insomnia | Versiones alrededor de ti
El 21 de julio pasado, en la Librería Rosario Castellanos, en México, Fernando Rivera Calderón, Adolfo Castañón, Luisa Reyes Retana, Vicente Quirarte, Alejandro González Acosta y Felipe Garrido, tributamos un homenaje al enorme poeta, ensayista, conferencista, palindromista Gilberto Prado Galán, quién falleció nueve meses antes.
Gilberto fue, y esto iluminó todos sus días, un rendido amador, un devoto enamorado, un perfecto galán que vivió entregado a su Leticia, su Leti, su mujer, la madre de sus hijas, Sofía Leticia y Verónica Eloísa, quien fue una brillante especiailsta en comunicación. De esta conmovedora historia de amorosa convivencia trata el último de sus libros, “Ella era el jardín” (Instituto Municipal de Cultura y Educación de Torreón, 2022). Escrito este libro, la vida de Gilberto quedó completa. Dos meses después, falleció. Gilberto, todos lo vimos suceder, murió de amor. Los poemas que siguen tienen otra fuente,
Última suerte
Hemos intercambiado nuestros nombres,
nuestro aliento, los ojos, las miradas,
los cuerpos y los años. La costumbre
de dormir sin cubrirnos.
Hemos intercambiado
el secreto camino de los pasos. Alegrías
de manos enlazadas. Movimiento
de lenguas y de labios.
Amor, amor: hemos intercambiado
lo que somos y fuimos. Y no queda
nada que intercambiar sino la muerte.
Oración del hombre mortal
Dije por ti que nunca temería
a las manos aleves de la noche
que oscurecen el alma.
Dije por ti que el hombre no se apaga,
que no teme morir,
que no cede
al llamado del limo.
Dije yo tantas cosas cuando había
encontrado tu aliento y tu palabra,
pero ahora que sólo miro el eco
silente de tu sombra,
que no puedo
alzar mi rostro a ti porque me abruma
saber que ya no estás, que te has perdido
en el dédalo cruel de tantos años,
digo que soy mortal, que me soporto
sólo para leer mi desventura
como una letra más en el poema
donde todos son nadie.
Insomnia
Habla por ti la noche cuando sube
el río de mi sangre y se arrodilla
al pie de tu misterio mientras sueñas
colmada de preguntas y asediada
por el viento sin fin de la nostalgia
de infelices poetas. Nadie sabe
revelar el secreto que respira
cuando la vida cede a tus dominios
valiéndose de ti, recuperándose
como si nada fuese fugitivo
ni el tiempo de llorar, ni la materia
de las flores que suben por tu espalda
a caminar conmigo mientras duermes.
Versiones alrededor de ti
Se borrarán mis ojos en la noche
y no estaré contigo cuando el alba
me ciegue con su río de preguntas
sordas como el dolor de no tenerte,
de no saber de ti, de soportarme
perdido en este cuerpo para siempre.
Dice otro poeta
Juan José Arreola escribió “Loco de amor”, un homenaje a otro poeta que en 1526 murió de amor, Garci-Sánchez de Badajoz. Sus palabras convienen por igual a nuestro amigo Gilberto:
[…]
A paletadas de versos tristes cubre su cadáver de hombre desolado. Y un ruiseñor le canta exequias de hielo y de olvido. Lágrimas de su consuelo que no hacen maravillas; sus ojos están secos, cuajados de sal ardida en la última noche de su invierno amoroso. “Qu’a mí no me mató amor, / sino la tristeza dél.”
No morirás del todo, muerto de amor. Algo sigue sonando en la sombra de tu jardín romántico. Mira, aquí hay una nota de tu endecha desolada. Los pájaros cantan todavía en las ramas de tu fúnebre laurel, oh enamorado sacrílego y demente.
Gilberto Prado Galán (Torreón, 1960 - Ciudad de México, 2022)
En: Jorge Valdés Díaz-Vélez
Desierto amor. Cuatro poetas torreonenses
Antología. En preparación.
2231 Un poema al día, para que quienes puedan se lo pongan encima y lo atesoren en la memoria. 25-VII-2023. Selección de Felipe Garrido. Miguel Ángel Porrúa, editor; Academia Mexicana de la Lengua; Creadores Eméritos FONCA
Imagen vía Pixabay |
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