2253 Un poema al día, para que quienes puedan se lo pongan encima y lo atesoren en la memoria.
17-VIII-2023. Selección de Felipe Garrido.
Acerca de la Luna
En fin, ella es la dueña
de las ruinas.
Los tristes animales
que apenas vemos, grillos
de ojos tediosos, y pacientes
escarabajos de coraza heráldica,
pueblan al sol la hierba
piadosa y firme, pero temen
su lívida mirada.
Pues ella
viene como quien huye, y todo
cuanto sus ojos miran
es sólo un sueño.
Ella
duerme, y no espera
otro prodigio que el silencio.
No tiene
otra promesa que su sueño.
Eliseo Diego (La Habana, 1920 - Ciudad de México, 1994)
Sobre un signo de puntuación
En el poema "Las personas mayores", de César Vallejo, cuatro niños quedan solos en una casita de campo bajo cuyo pobre techo, mientras avanza el crepúsculo, parece ir adensándose toda la intemperie del mundo.
El mayor, el que narra y toma para sí la carga de los padres ausentes, procurando consolar a sus hermanos pequeños –aunque él es, en realidad, el menor de los cuatro–, los llama, casi al principio, en un verso formado nada más con sus tres nombres:
Aguedita, Nativa, Miguel...
Es una invitación a estarse tranquilos y no arriesgarse afuera, donde la soledad y la sombra arrecian de modo atroz, donde las gallinas que se están acostando todavía, se han espantado tanto.
Observemos la gravedad, la intensidad trágica que adquiere el tanto puesto justamente al final del verso –¡qué distinto habría sido, por ejemplo, "tanto se han espantado"!--, y veamos el recurso con que Vallejo alcanza el extremo del desamparo y la total cerrazón de la tiniebla. No puede ser más simple. Es el mismo verso del principio, sólo que ahora lo acompaña un levísimo --y terrible añadido:
Aguedita, Nativa, Miguel?
Ese signo de interrogación final, ¡cómo nos deja temblando! Por tan diminuta fisura irrumpen, en borbotones de sangre, los últimos versos:
Llamo, busco al tanteo en la oscuridad.
No me vayan a haber dejado solo,
y el único recluso sea yo.
Eliseo Diego (La Habana, 1920 - Ciudad de México, 1994)
No es más
por selva oscura
Un poema no es más
que una conversación en la penumbra
del horno viejo, cuando ya
todos se han ido, y cruje
afuera el hondo bosque; un poema
no es más que unas palabras
que uno ha querido, y cambian
de sitio con el tiempo, y ya
no son más que una mancha, una
esperanza indecible;
un poema no es más
que la felicidad, que una conversación
en la penumbra, que todo
cuanto se ha ido, y ya
es silencio.
Eliseo Diego (La Habana, 1920 - Ciudad de México, 1994)
La sed de lo perdido. Antología.
Ediciones del Equilibrista, México, 1993.
Dicen los lectores
Adolfo Castañón: Gracias por el envío de la carta que Antonio Alatorre escribió como Introducción al libro de texto gratuito “Español- Sexto grado. Lecturas”, editado por la SEP en 1974. Está dirigida a un amigo que es el alumno y es un “elogio de la lectura” hecho por una gran lector como lo fue Alatorre
Me llama la atención su énfasis en el placer y el gusto que se derivan de la lectura. Es un elogio no sólo de la lectura sino de la comunicación y de la conversación. Cita Alatorre un verso de Goethe sobre la ola, el pescador y el anzuelo que es casi una parábola. También aparecen Simbad y Cristóbal Colón y en una nuez la historia del descubrimiento de América a partir de La Rábida. Miguel de Cervantes y Tagore, Arreola y Rulfo forman parte de este álbum de familia. También aparece aquí el concepto de que la lectura está asociada con al silencio y en el horizonte con la contemplación
La no diferencia entre lecturas amenas y lecturas serías otro elemento de esta carta de fe en la lectura que culmina con el aserto de que nada hay en la lectura más importante que la comprensión. Queda al oyente con deseos de seguir escuchando. de seguir leyendo.
Gracias. querido Felipe, por rescatar este texto que en nuestras circunstancias resulta una suerte de salvavidas.
Ruth Levy: De Víctor Toledo, la cadencia, las palabras, los temas, me transportan a otra dimensión, verde, tupida, llena de olores y sonidos; mágica y sensual. Me gustó mucho. De don Antonio Alatorre sólo decir que hace mucha falta escucharlo ante lo que está sucediendo con los libros de texto. Don Antonio sabio, justo, previsor.
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