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PAUSA

  El escritor Felipe Garrido informó que retomará la selección diaria de poesía en torno al 21 o 22 de julio y espera que sus lectores la extrañen tanto como él.  Imagen vía Pixabay

#2230 - VILLARREAL: [SOBRE EL ESCENARIO, FRENTE AL PÚBLICO,] | [LOS OBJETOS SUEÑAN OTRO TIEMPO] | [ESTOY VIENDO UNA SILLA]

  SOBRE EL ESCENARIO, FRENTE AL PÚBLICO, el voluntario desaparece. Desaparece uno de mis calcetines y el par junto con él. Basta que un ángel esté de mal humor, que haya tenido una mala noche, que un contratiempo haya interrumpido el ritmo de su vuelo. No siempre las cosas están donde suelen estar aunque por lo general siempre las encuentres en su mismo lugar. La luna sale y el sol se pone. Sobre el escenario, a la vista de todos, el voluntario desaparece y no hay ninguna manifestación divina que se deje sentir. Las cosas, que no se han movido de su lugar, parecen no darse cuenta de tu presencia. Sin embargo, el florero --con sus flores artificiales, frente a la cama-- te observa todas las noches cómo levantas la mano y subes al escenario, siempre con la misma esperanza que se pierde con la llegada del día. LOS OBJETOS SUEÑAN OTRO TIEMPO. Un tiempo que se pasea como un pavorreal. De niño: los desfiles, los carros alegóricos, el parque Los Encinos. El tiempo pasa, y pasan los protag...

#2229 - DE QUEVEDO: 38. Llama a la muerte | 39 Que la vida es siempre breve y fugitiva | 55. Enseña cómo todas las cosas avisan de la muerte

  38 Llama a la muerte Ven ya, miedo de fuertes y de sabios, huya el cuerpo indignado con gemido debajo de las sombras, y el olvido beberán por demás mis secos labios. Fallecieron los Curios y los Fabios; y no pesa una libra, reducido a cenizas, el rayo amanecido en Macedonia á fulminar agravios. Desata de este polvo y de este aliento el nudo frágil, en que está animada sombra, que sucesivo anhela el viento. ¿Por qué emperezas el venir rogada, a que me cobre deuda el monumento, pues es la humana vida, larga y nada? 39 Que la vida es siempre breve y fugitiva Todo tras sí lo lleva el año breve de la vida mortal, burlando el brío, al acero valiente, al mármol frío, que contra el tiempo su dureza atreve. Antes que sepa andar el pie, se mueve camino de la muerte, donde envío mi vida oscura; pobre y turbio río, que negro mar con altas ondas bebe. Todo corto momento es paso largo, que doy á mi pesar en tal jornada, pues parado y durmiendo...

#2228 - NAVAGÓMEZ: Bosquejo de abandonos | Nostalgia de luciérnagas | Raíces de mangle

  Bosquejo de abandonos Entro a un patio de enjutos varejones: se derrumba la casa que habitó la memoria ante cuatro paredes carcomidas. Bosquejo de abandonos. ¡Qué tristeza del árbol sin columpio...! Seco musgo en los vidrios borda polvo mi hogar. Los rincones trasminan telarañas. Sorprendidos, cubren su desnudez con ambas manos los fantasmas. No sé qué platicarle a esta casa --antes tan mía-- que ya no huele a pan ni a travesura. No sé dónde buscar el sabor del almuerzo y el ruido del metate. El olvido me muestra su heredad. Ha llovido en mi rostro y continúa la lluvia sobre tejas de barro. Tras la ventana un sol en diagonal pule la cordillera resplandecen los plátanos entre un tierno verdor de hojas rasgadas. Eclipsa la luna en mi corazón. Lentamente desprendo los recuerdos y ajusto remembranzas. Con las manos con los ojos pegados a la angustia permito que la noche me traspase. Queta Navagómez (Bellavista, Nayarit, 1954...

#2227 - LÓPEZ: Crónica

  Crónica Musa errante y libre, musa de mis cinco sentidos princesa y esclava, armoniosamente risueños, tus coros entona y levanta; que tu acento vibre en los rojos triunfos de la fiesta brava, la fiesta de toros. 1 Resuena el clarín, redobla el tambor, y entre un gran clamor inmenso, sin fin, avanza en cortejo, con rítmico paso triunfal, la cuadrilla. Tras los alguaciles marchan los infantes por el redondel. El oro fulgura, resplandece y brilla, en los alamares de la chaquetilla, sobre los bordados de la taleguilla, en el traje todo de sedas lucientes que viste el tropel. y cual dardo de oro que los aires cruza aún suena el agudo clangor del clarín. La tarde, como una andaluza, lleva en los cabellos rosas de carmín. 2 Cubre el sol de púrpuras quemantes la arena, las gradas, las claras lumbreras; enciende en las roncas gargantas resecas las risas, los gritos, las bromas de las muchedumbres compactas y fieras, el loco entusiasmo latino de las viejas Romas. Revienta en las almas dese...

#2226 - ELIZONDO: El problema de Molyneux

  El problema de Molyneux Es un hecho perfectamente demostrable geométricamente que la condición humana es transitoria. Un día nacemos y otro morimos. Sabemos algo de lo que antecede y nada de lo que sigue. Esta ignorancia, con ser trágica, no es menos terrible que la que tenemos acerca del minúsculo islote desierto de lo desconocido rodeado del océano incógnito, que habitamos.           No dudo que en algún día de su vida, que transcurrió entre 1656 y 1698, el físico y filósofo dublinés William Molyneux se haya hecho alguna reflexión acerca de la ignorancia que tenemos de la naturaleza y características de ese islote. No lo dudo porque seguramente de esas reflexiones fue producto una de las más arduas polémicas que conoce el pensar filosófico.            Molyneux se casó en 1678 con una joven a quien amaba y a la que tuvo el dolor de ver quedarse ciega antes de su muerte en 1683. Este hecho doloroso seguramente contribuyó a qu...

#2225 - FRANCIS: Lira pentáfona

  Lira pentáfona Trenos I Una larga cadena de gritos en el viento, alud de toda voz surgida de las cosas sacudiendo el vestido de vidrios del silencio, y en medio del tumulto, mi soledad me ampara, ánfora en que reposa mi voz desamparada. Luces quiebran las sombras, ¿dónde está mi tiniebla que es para mi tristeza como una muelle almohada? Ciérrense las compuertas de la conciencia --claro río doloroso que de doler no acaba— y las aguas más turbias sumerjan en su verde los recuerdos más hondos --peces en desbandada--. II Como los aguijones de la flama que desfloran el himen de los aires al vuelo; que derrochan su filo sin otro fin. sin dar calor a nada, sin dar sustento, así mi amor se prende: combustible incendiado sin fin, ni objeto. III Oro y perlas. En medio del desierto, como el árabe aquel de la leyenda, perlas y oro. Nada más que un tesoro para cruzar la sed de la jornada ¡pobre dispensadora de ternuras! Sólo el páramo --piel de nuestra ...